Madrid, 10 abr (EFE).- La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) tiene previsto implementar sistemas internos avanzados, basados en la inteligencia artificial y el análisis automatizado de datos, para detectar de forma temprana riesgos que puedan afectar a la privacidad y a la protección de los datos personales.
Este organismo ha alertado del proceso imparable de transformación digital y de cómo la irrupción de tecnologías disruptivas puede impactar negativamente sobre la privacidad de las personas y ha situado la inteligencia artificial en el epicentro de su plan estratégico para los próximos años.
Los nuevos responsables de este organismo (Lorenzo Cotino como presidente y Francisco Pérez Bes como adjunto) han lanzado este jueves un borrador del Plan Estratégico 2025-2030 y han abierto un periodo de un mes para que los ciudadanos, profesionales de la privacidad, asociaciones o entidades públicas y privadas pueden presentar sugerencias y aportaciones antes de convertir el texto en definitivo.
El borrador incide en la importancia de que la Agencia tenga la agilidad necesaria para enfrentar cambios rápidos derivados del avance digital y de las nuevas normativas y de reforzar los sistemas de monitoreo continuo para anticiparse a las tendencias tecnológicas emergentes, y para ello apuesta por una mayor colaboración con centros de investigación, universidades y profesionales de la privacidad.
“Detrás de cada dato hay una persona”
Los nuevos responsables de la Agencia han corroborado en el documento cómo las nuevas tecnologías, entre ellas la inteligencia artificial, pueden mejorar el bienestar humano y reforzar los derechos humanos y los valores democráticos, pero alertan también de los impactos negativos que pueden tener sobre la privacidad y la protección de los datos de las personas.
“Detrás de cada dato personal hay una persona cuyos derechos y libertades deben ser protegidos”, señala el borrador del plan estratégico, que incide en la transcendencia de fomentar la confianza en los procesos digitales mediante una gestión “transparente y efectiva” de la privacidad.
Y para ejercer su labor de supervisión de una manera más eficaz, la Agencia apuesta por una ‘supervisión inteligente’, por implementar sistemas avanzados, basados en inteligencia artificial y análisis automatizado de datos, que permitan detectar de forma temprana los posibles riesgos, y por aprovechar las herramientas basadas en esas tecnologías emergentes para facilitar las investigaciones en determinados ámbitos.
Sistemas biométricos, reconocimiento facial o ‘neurodatos’
El plan apuesta también, en ese contexto de innovación tecnológica y de protección de la privacidad en la era digital, por la puesta en marcha de un Laboratorio de Privacidad y Tecnología para analizar y probar tecnologías emergentes que plantean nuevos retos a la protección de la privacidad, y por investigar y actualizar la posición de este organismo en asuntos como la inteligencia artificial, los sistemas biométricos, el reconocimiento facial, los ‘neurodatos’, las tecnologías cuánticas o la identidad digital.
Los nuevos responsables de la AEPD han plasmado su intención de consolidar la colaboración y el liderazgo de este organismo en foros internacionales (el Comité Europeo de Protección de Datos, la Red Iberoamericana de Protección de Datos o la Conferencia Global de Autoridades de Privacidad) y la cooperación con otras autoridades reguladoras, entre ellas la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), la Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial (AESIA), el Centro Criptológico Nacional (CCN) o el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE).
A nivel interno, y además de apostar por la robotización de procesos, por automatizar tareas repetitivas y por usar sistemas de inteligencia artificial para mejorar la productividad, los nuevos responsables quieren conseguir más recursos humanos, presupuestarios, tecnológicos y de infraestructuras para asumir las nuevas responsabilidades que tiene como autoridad de vigilancia del mercado de inteligencia artificial y otras normas emergentes, como el Reglamento de Datos o la gobernanza de los datos de salud y de la publicidad política.