Madrid, 14 ago (EFE).- La Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) ha asegurado este jueves que Vueling y sus tripulantes tomaron «las medidas necesarias y razonables» para preservar la seguridad de un vuelo entre Valencia y París-Orly, al expulsar a un grupo de jóvenes judíos por «su comportamiento conflictivo».
En una resolución a la que ha tenido acceso EFE, la agencia española «valorará internamente el endurecimiento de la política sancionadora para este tipo de incumplimientos» tras este suceso, pero no abrirá un expediente sancionador a Vueling, que «garantizó» la seguridad aérea del vuelo.
El pasado 23 de julio, Vueling expulsó de un vuelo entre Valencia y París-Orly a un grupo de jóvenes franceses de entre 12 y 22 años de religión judía, que volvían a su país tras unos campamentos, por supuestamente haber mantenido un comportamiento conflictivo que ponía en riesgo la seguridad del vuelo.
Esta situación llevó a que el ministro francés de Exteriores, Jean-Noël Barrot, pidiera explicaciones a la consejera delegada de Vueling, Carolina Martinoli, para saber si los pasajeros sufrieron antisemitismo, mientras que el ministro israelí de la Diáspora y Lucha contra el Antisemitismo, Amichai Chikli, aseguró que los jóvenes se limitaron a cantar canciones hebreas.
Ante esta situación, la AESA inició diligencias para determinar si la compañía cumplió adecuadamente con su responsabilidad de preservar la seguridad en el vuelo.
Tras recibir el informe de Vueling y escuchar a los testigos, la AESA recalca que la incoación de un expediente a la compañía supondría que se hubiera producido un riesgo en la seguridad aérea, un hecho que no ocurrió.
Así, subraya que el desembarco de los pasajeros «permitió la correcta realización de todas las actuaciones previas al despegue de la aeronave y la seguridad posterior del vuelo no se vio comprometida».
Vueling emitió a la AESA un informe exhaustivo en el que reivindicaba su decisión de echar al grupo de jóvenes, alertando de que los adolescentes ya habían mostrado «una conducta exaltada antes de acceder a la aeronave, con gritos que generaron quejas entre el resto de pasajeros».
«Una vez en el interior, el grupo continuó gritando y haciendo caso omiso a la tripulación de cabina para que permanecieran sentados y así permitir el cierre de puertas, ignoraron las instrucciones de la tripulación auxiliar mostrando una actitud burlesca», destacó Vueling a la AESA.
Vueling destacó que, una vez cerradas las puertas del avión, la tripulación volvió a tener problemas con el grupo al permanecer alguno de sus miembros levantados y, al comenzar con la demostración de seguridad, el grupo continuó profiriendo gritos y manipulando el material utilizado por la tripulación.
Por ello, ante la imposibilidad de que el grupo depusiera su actitud, comunicaron la situación al comandante, quien tomó la decisión de solicitar la presencia de la Guardia Civil para desembarcar a los pasajeros conflictivos.
Además, según indica en su informe, el comportamiento de dichos pasajeros continuó siendo agresivo durante el desembarque, hasta el punto de que una de las monitoras tuvo que ser esposada por su comportamiento agresivo.
Además, «este comportamiento negligente, con actitud hostil y agresiva por parte de determinados miembros del grupo hacia los tripulantes, continuó, incluso fuera del avión, con los agentes de la Guardia Civil», incidía Vueling a la AESA.
La situación provocó un retraso de casi tres horas en la salida del vuelo, con destino París-Orly.