París, 15 may (EFE).- La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha revisado al alza sus previsiones sobre la oferta global de petróleo, sobre todo por el fin anticipado de recortes por parte de la OPEP+, y eso significa que su crecimiento este año duplicará el de la demanda, que se ralentiza ante el clima de guerra comercial.
En su informe mensual sobre el mercado del petróleo publicado este jueves, la AIE ha corregido al alza, con 380.000 barriles diarios adicionales, sus estimaciones sobre la producción este año, y con 390.000 para 2026.
Eso significa que en 2025 saldrán al mercado de media 1,6 millones de barriles diarios más que el pasado año (104,5 millones en total) cuando el consumo esperado progresará únicamente en 740.000 barriles (hasta 103,9 millones).
En 2026, el incremento de la demanda será de otros 970.000 barriles diarios hasta 105,6 millones, mientras el de la demanda se quedará en otros 760.000 barriles, hasta 104,66 millones.
“Esto prepara el terreno para un nuevo equilibrio de los fundamentos de la oferta y la demanda”, advierten los autores del informe, en lo que parece una indicación de que la caída de precios de las últimas semanas no va a ser un movimiento efímero.
El principal elemento de incertidumbre que señalan es el que rodea las sanciones contra tres importantes productores, Rusia, Irán y Venezuela.
En el caso de Rusia, sus bombeos aumentaron en 170.000 barriles diarios en abril y sus exportaciones en 150.000 hasta 7,6 millones, pero eso no impidió que sus ingresos se redujeran por el descalabro del precio del barril en 1.130 millones de dólares, hasta 13.200 millones, el nivel más bajo desde junio de 2023.
Por lo que respecta a Irán, aunque Estados Unidos aumentó la presión, el hecho es que sus exportaciones subieron en 100.000 barriles diarios en abril hasta 1,6 millones, aunque al mismo tiempo los envíos hacia China, que es de lejos su principal importador, se redujeron casi a la mitad en ese mes.
Efecto de las sanciones en Venezuela
Venezuela fue el que tuvo un mayor impacto por las sanciones, con una producción que se redujo en abril en 130.000 barriles a 840.000. Detrás de eso están las medidas de Estados Unidos, que hacen temer a algunos compradores penalizaciones secundarias de Washington a los barcos que transporten ese crudo.
La AIE hace notar que la llegada a comienzos de mayo de diluyente (producto químico necesario para la extracción de crudo) desde Rusia e Irán, que sustituye al que llegaba de empresas occidentales a las que Estados Unidos se lo ha prohibido, muestra que Caracas está adaptando su logística.
Para el resto del año, ha revisado al alza sus previsiones para Venezuela y calcula que a partir de junio su producción será de 600.000 barriles diarios.
La AIE constata que el bajón de los precios del barril de crudo en las últimas semanas está haciendo menos rentable la explotación de los pozos de esquistos en Estados Unidos y ha conducido a la empresas independientes a reducir en un 9 % los gastos en capital este año.
Eso ha conducido a una corrección a la baja de sus expectativas globales para Estados Unidos, que aun así incrementará su producción en 440.000 barriles diarios este año (hasta 20,7 millones) y en 180.000 el próximo (hasta 20,9 millones).
Por lo que se refiere al consumo, la agencia prácticamente ha mantenido sin cambios sus predicciones del mes pasado, y cree que después de una progresión significativa de 990.000 barriles diarios en el primer trimestre, la subida se va a ralentizar y se quedará en 650.000 barriles diarios hasta finales de 2025 (740.000 de media para el conjunto del ejercicio).
Las economías emergentes va a seguir siendo las que tiren de la demanda, ya que en 2025 absorberán 860.000 barriles diarios más y un millón más en 2026.
La otra cara de la moneda son los países de la OCDE, donde se va a acelerar el recorte de consumo de petróleo, con 120.000 barriles diarios menos en 2025 y 240.000 en 2026.