París, 7 oct (EFE).- La Agencia Internacional de la Energía (AIE) redujo en un 5 % sus expectativas de crecimiento de la electricidad de origen renovable en el mundo de aquí a 2030, esencialmente por la corrección en Estados Unidos debido a las políticas restrictivas de Donald Trump.
En su informe anual sobre las renovables publicado este martes, la AIE revisa en casi un 50 % a la baja sus proyecciones para Estados Unidos en 2030 respecto a las de 2024 y lo explica por cambios de las políticas, en particular la legislación adoptada el pasado mes de julio por la Administración del presidente.
Eso se ha traducido la supresión anticipada de incentivos fiscales, restricciones a la importación, la suspensión y el recorte de permisos para proyectos eólicos terrestres y fotovoltaicos solares en terrenos federales.
En total, entre 2025 y 2030 se van a incorporar cerca de 250 gigavatios (GW) de capacidad de electricidad renovable en Estados Unidos, y la nueva normativa de Trump va a tener un efecto progresivo, de forma que se llegará a un pico de nuevas instalaciones en 2027 para retroceder en 2028 y luego permanecer estable hasta 2030.
Los autores del estudio también han disminuido en un 5 % sus expectativas para China, si se comparan con las de hace un año, y eso porque el Gobierno de Pekín anunció en 2024 que se iba a cambiar el sistema que garantizaba un precio fijo a la electricidad renovable por un mecanismo de mercado basado en subastas.
Aun así, el gigante asiático va a incrementar sus capacidades en casi 2.660 GW en los próximos cinco años y continuará siendo, a mucha distancia, el ‘número uno’ mundial con más de la mitad del total.
De hecho, el crecimiento mundial de las renovables en ese periodo se espera de 4.600 GW, lo que supondrá duplicar con creces el volumen actual, y uno de los elementos notables es que India se va a convertir en el segundo gran mercado de nuevas instalaciones en términos absolutos, con 345 GW, lo que significará triplicar las que tenía en 2022.
Europa en su conjunto aportará unos 630 GW entre 2025 y 2030, lo que significará un incremento del 67 % de sus capacidades, que pasarán a 1.612 GW a comienzos de la próxima década y prácticamente tres cuartas partes vendrán de ocho países, Alemania, Reino Unido, España, Turquía, Italia, Francia, Polonia y Países Bajos.
La agencia prevé que alrededor del 80 % de las nuevas renovables de los próximos cinco años serán plantas solares fotovoltaica, gracias a la caída de los costes de los paneles y a que se han reducido los plazos de los permisos.
La eólica marina es la otra cara de la moneda, ya que sus expectativas de progresión son ahora mucho más discretas que hace sólo un año (una cuarta parte inferiores) por los cambios en algunos mercados clave, pero también por los cuellos de botella en la cadena de aprovisionamiento y por un incremento de costos de los proyectos.
Los autores del informe advierten de que va a continuar la extrema concentración en China (superior al 90 %) de la cadena de aprovisionamiento de segmentos clave de la fabricación de las instalaciones de renovables, con todo lo que esto implica en riesgos potenciales.
También que el rápido desarrollo de fuentes de producción variable, como la fotovoltaica que depende del sol y la eólica del viento, ponen bajo fuerte presión los sistemas eléctricos y hacen más urgente la inversión en redes, almacenamiento de electricidad y generación flexible.
La AIE estima que aunque van a crecer, el peso de las renovables en el horizonte de 2030 seguirá siendo marginal en el transporte (un 6 %, frente al 4 % actualmente) y continuará teniendo un peso claramente minoritario en la calefacción (18 %, frente al 14 % ahora). EFE