La alerta temprana salvó vidas cuando una avalancha sepultó un pueblo de montaña en Suiza

Viviendas inundadas, Blatten, Suiza. EFE/EPA/JEAN-CHRISTOPHE BOTT

Ginebra, 30 may (EFE).- El buen uso y funcionamiento de las predicciones y del sistema de alerta temprana permitió salvar la vida de los más de trescientos habitantes de Blatten, un pueblo suizo que quedó sepultado el miércoles por una avalancha de hielo, rocas y barro que se desprendió de un glaciar cercano, un desastre relacionado con el cambio climático.

Imagen de la montaña Kleines Nesthorn, cerca de Blatten, Suiza. EFE/EPA/JEAN-CHRISTOPHE BOTT

“Los suizos hicieron todo como un ejemplo de manual de lo que se debe hacer: advirtieron a la población y evacuaron a las personas fuera de la zona de peligro. Ni el paisaje ni la aldea volverán a ser nunca los mismos, pero se mostró cómo podemos usar los pronósticos y las alertas para salvar vidas”, dijo la portavoz de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), Clare Nullis.

Imagen de agua y barro del curso del río Lonza en Blatten, Suiza. EFE/EPA/JEAN-CHRISTOPHE BOTT

Las mediciones indican que en cinco de los últimos seis años ocurrió el retroceso más rápido de glaciares que se haya observado en el planeta y que entre 2022 y 2024 se perdió una masa récord de estos.

Basándose en la compilación de datos a nivel global (disponibles desde 1975), el Servicio Mundial de Monitoreo de Glaciares considera que han perdido en total más de 9 billones de toneladas.

“Esto equivale a una gigantesca masa de hielo del tamaño de Alemania y de un grosor de 25 metros”, comparó Nullis.

En Suiza únicamente, los glaciares alpinos perdieron un 10 % de su volumen entre 2022 y 2023.

En la zona donde se erigía el pueblo de Blatten, en el cantón de Valais, la amenaza sigue presente, pero ya no proviene del glaciar Birch, que lo destruyó hace dos días, sino de un lago formado por las aguas del río Lonza y que han quedado bloqueadas por la masa volcada desde las alturas.

No obstante, en las últimas horas se ha observado que el agua ha comenzado a abrirse paso a través de esa masa, aunque persiste el riesgo de una crecida extrema, según ha reportado el Servicio de Peligros Naturales de Valais.

Por ello está abierta la posibilidad de que la evacuación, que hasta ahora ha afectado a 365 personas, se extienda a los pueblos situados aguas abajo, ya que un desbordamiento podría inundar la parte inferior del valle.