Ruth del Moral
Madrid, 29 jun (EFE).- Los consejos sociales universitarios, que representan el nexo entre la sociedad y la universidad, reclaman una transformación de las universidades públicas atrayendo financiación a través de su labor investigadora. Un recurso que es habitual en los sistemas universitarios europeos y que el presidente de la Conferencia de Consejos Sociales, Antonio Abril, ve como un modelo a seguir.
Durante una entrevista con EFE, Abril reclama mayor protagonismo de los consejos sociales, un órgano que nace en 1983 ante la democratización de la universidad como entidad de control administrativo y presupuestario, pero que en la práctica no tiene capacidad de gobernanza.
El presidente de la Conferencia de Consejos Sociales tiene claro que el modelo debe modernizarse y adaptarse a una sociedad «tremendamente cambiante» y en este sentido apuesta por una universidad pública más flexible en su gestión, con menos autogobierno interno y capaz de atraer fondos de las empresas con la transferencia de sus investigaciones y conocimientos.
«Se confunde la autonomía, que en la Universidad es libertad de investigación y libertad de cátedra, con el autogobierno. Tenemos una universidad que se autogobierna por quiénes trabajan y quienes estudian en ella», señala lamentado que el resto de agentes sociales se quede fuera.
A ello suma la infrafinanciación de las universidades públicas, cuyos fondos provienen mayoritariamente de transferencias corrientes y de capital del sector público, «lo que limita mucho su autonomía».
«Los recursos vienen de quién te los da, que lógicamente está empoderado para poner condiciones, cosa que no pasa en las universidades europeas y en los mejores modelos de universidades del mundo, que tienen un porcentaje importante de financiación con la transferencia de resultados, es decir, con la mercantilización de los resultados de la mucha y buena investigación que hace la ciencia pública», señala.
Abril -al frente del órgano que aglutina a los consejos sociales desde 2017- afirma que si la Universidad patentara sus investigaciones y las cediera podría generar muchos más ingresos.
«Ojalá tuviéramos lo que tienen los países nórdicos, que son unas universidades públicas magníficamente financiadas. Podríamos hablar de tasas académicas gratuitas de una manera generalizada», incide el que fuera secretario general y del consejo de administración de Inditex.
Los Consejos Sociales, pendientes de las comunidades
La principal queja de la Conferencia de Consejos Sociales es que la nueva Ley de Universidades (LOSU) aprobada en 2023 no les haya otorgado capacidad para ejecutar sus funciones y haya dejado en manos de las comunidades autónomas su regulación.
Cada universidad tiene un presidente de consejo social, que hace una labor no retribuida y que nombra el gobierno autonómico, aunque desmiente que haya designaciones por razones políticas y «más bien lo son por méritos profesionales».
«Y no podemos ejercer adecuadamente esas competencias porque el control interno es de la Universidad, la intervención depende directamente del rector, o indirectamente, a través de la gerencia», se queja Abril, al tiempo que explica que los consejos sociales no participan en la elaboración de la documentación económica y presupuestaria que se les rinde.
Aunque señala excepciones como las universidades de Canarias y Oviedo donde sí que hay una ley de consejos sociales que hace depender el control interno universitario de los consejos.
También las universidades de Salamanca, Jaén, Valladolid o Barcelona tienen acuerdos entre el rector y el presidente del consejo social que les da más competencias de control, pero estos acuerdos pueden decaer con los diferentes rectorados.
Abril alude al Tribunal de Cuentas, que aboga por un sistema dentro de la universidad transparente y de rendición de cuentas.
«Que haya una segmentación en las funciones», reclama ya que -en su opinión- «el que gestiona los ingresos y gastos, que es el rector y el Consejo de Gobierno de la Universidad, no puede ser también el responsable del control de esa gestión».
¿Qué es lo que hay en el resto del mundo?
El mensaje lo deja claro, en el resto del mundo el rector es elegido por concurso de méritos.
En su opinión las rigideces del modelo español han provocado la eclosión de las universidades privadas, que han visto un «hueco» en la sociedad que no es capaz de cubrir la pública.
Para el presidente de la CCS las universidades privadas están comiendo el terreno a la públicas ya que no solo están más cerca de las empresas y del sector productivo, lo que aumenta el grado de empleabilidad, sino que además tienen más flexibilidad operativa, como en la contratación de personal docente investigador.
«Los consejos sociales somos testigos de las dificultades que tienen las universidades públicas españolas para la contratación de talento docente e investigador de fuera de nuestras fronteras», recalca al tiempo que avisa de que hay margen de mejora para la internacionalización y pide agilizar la convalidación de estudios.
Por eso insiste: «Es muy importante que las universidades asuman que transferir los resultados y financiarse con esa transferencia puede forma parte de la cultura ordinaria de una Universidad pública y que en nada afecta a su autonomía».EFE
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