Kuala Lumpur, 7 jul (EFE).- Los cancilleres de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) revisan desde este martes su política exterior en una cumbre en Kuala Lumpur, en la misma semana en la que vence el plazo dado por Estados Unidos para la imposición de aranceles, lo que afecta especialmente a esta región.
Se prevé que los jefes de la diplomacia china y estadounidense, Wang Yi y Marco Rubio, respectivamente, participarán a finales de semana en el foro, cuando se abra para sus socios externos, y al que ya confirmaron su presencia el canciller ruso, Seguéi Lavrov, y la alta representante de Asuntos Exteriores de la Unión Europea (UE), Kaja Kallas.
La cita

La cita de los cancilleres, primero solo los de la ASEAN (formada por Indonesia, Singapur, Malasia, Tailandia, Filipinas, Vietnam, Laos, Camboya, Brunéi y Birmania), arrancará el martes con una reunión de la Comisión de Derechos Humanos y otra de la Comisión para una Zona Libre de Armas Nucleares en el Sudeste Asiático, una región en la que viven unos 700 millones de personas.
El encuentro subirá de nivel el miércoles, cuando el primer ministro malasio, Anwar Ibrahim, impartirá un discurso, en una cumbre que, como ocurre desde el golpe de febrero de 2021 en Birmania (Myanmar), no permitirá la participación del jefe de Exteriores de la junta militar que detenta el poder.
Ese mismo día está prevista una reunión en la que se prevé que la ASEAN incluya a Brasil como primer miembro latinoamericano del Tratado de Amistad y Cooperación del Sudeste Asiático.
El jueves, el grupo mantendrá reuniones con los representantes de países como China, Rusia y EE.UU., esperándose la confirmación de la asistencia de Wang Yi y Marco Rubio, y con el foco puesto en un posible encuentro entre ambos en los márgenes, así como en las conversaciones con su par ruso.
Para finalizar, la ASEAN tendrá el viernes su interacción a puerta cerrada con la UE, y acogerá foros de cooperación regional, entre ellas la Cuarta Conferencia sobre Cooperación entre los Países de Asia Oriental para el Desarrollo de Palestina, en la que buscarán catapultar los esfuerzos para apoyar la reconstrucción de Gaza.
Esta reunión se dará en el contexto de nuevas negociaciones en Catar entre Israel y el grupo islamista Hamás -con el que el Gobierno malasio, de mayoría musulmana, ha defendido continuar relacionándose- para un posible alto el fuego en Palestina, y después del encuentro previsto en Washington este lunes entre el presidente estadounidense, Donald Trump y el líder israelí, Benjamín Netanyahu.
Sobre este asunto, el Sudeste Asiático buscará generar consenso en la cumbre «para poner fin a la agresión de Israel contra los desfavorecidos palestinos», según la agencia malasia Bernama.
Los temas
El conflicto en Birmania y las tensiones en el mar de China Meridional, donde China se disputa territorios con varios países de la ASEAN, son asuntos recurrentes de esta cita, así como otros de fuera de la región, con asistencia de representantes de 35 países y varias organizaciones internacionales, según el Gobierno anfitrión.
El miércoles, además, se cumple el plazo para que Washington informe de los llamados «aranceles recíprocos» a cada país, que afectan de forma especial a esta región exportadora, con sus mayorías economías, la indonesia y la tailandesa, apurando estos días las negociaciones con Washington.
Mientras Vietnam acordó rebajar al 20 % las tasas de EE.UU. la semana pasada (de un 46 % inicial, si bien Washington se reserva un 40 % para productos que Hanói exporte pero procedan de terceros, en alusión a China), el resto del Sudeste Asiático sigue negociando, con algunos países acusados de ejercer de punto de transbordo de envíos chinos.
Sobre Camboya y Laos, también tachados de ser «fábricas» de China, pesan un 49 % y 48 % iniciales; y les siguen Tailandia (36 %); Indonesia (32 %); y Malasia (24 %).
La agencia Bernama subrayó hoy que la creciente incertidumbre económica mundial «añade un elemento de urgencia a las reuniones de la ASEAN de este año», si bien -dice- espera que el encuentro sirva como «una plataforma oportuna y crucial» para que los Gobiernos «expresen su preocupación colectiva y exploren estrategias coordinadas para mitigar las posibles consecuencias».