La Biblioteca Nacional revive a Jorge Semprún: desde el exilio al poder

Presentación de la exposición 'Jorge Semprún. El largo viaje'  que se podrá visitar del 3 de junio al 31 de agosto de 2025, en la sede de la Biblioteca Nacional de España, en Madrid. EFE/ Alberto Aguado

Madrid 3 jun (EFE).- La Biblioteca Nacional homenajea desde este martes la figura de un intelectual que vivió los grandes traumas y desafíos del siglo XX: la exposición ‘Jorge Semprún. El largo viaje’ recorre la vida del escritor y exministro, que fue deportado al campo de concentración de Buchenwald por su participación en la resistencia francesa contra la ocupación nazi.

Coincidiendo con el 80 aniversario de la liberación de este campo de concentración nazi, donde fue internado a los veinte años, la muestra se enmarca en el programa ‘Cultura con Memoria’ del Ministerio de Cultura, y en el de los actos por los ’50 años de España en libertad’.

Pero además esta muestra, que permanecerá en la Biblioteca Nacional hasta el próximo 31 de agosto, permite continuar celebrando el centenario del autor tras haberse expuesto en el Archivo de la Corona de Aragón, en Barcelona, y en el Centro Documental de la Memoria Histórica, en Salamanca.

Comisariada por Tània Balló, la exposición reúne un centenar de obras originales y reproducciones de una personalidad que, tal y como ha dicho la investigadora, «vivió una vida en muchas vidas» y que no se limitó a observar la historia, sino que intentó transformarla.

Prueba de ello es su currículum de vida: exiliado republicano, miembro de la resistencia francesa contra la ocupación nazi, deportado a un campo de concentración nazi donde permaneció dieciséis meses marcado con el número 44.904, dirigente comunista, agente clandestino antifranquista, también novelista y guionista de éxito y ministro de Cultura con el Gobierno de Felipe González.

Todas estas vidas en una sola se pueden contemplar en esta muestra, que cuenta con varias secciones que marcan distintos momentos vitales del protagonista.

La primera lleva el titulo de la muestra y su primer libro, con el que se introdujo en el panorama literario francés, ‘El largo viaje’, de 1936, o mejor dicho ‘Le grand voyage’ porque Semprún escribió la mayor parte de las primeras ediciones de sus libros en francés.

En la segunda sección (1936-1944) se aborda su exilio, su resistencia y la deportación, una situación que comparte con dolor con muchos europeos y que le sirve también para fortalecer su compromiso intelectual y político, según ha comentado la comisaría.

En la tercera, que se desarrolla entre 1952 y 1965, se refleja su lucha clandestina contra el franquismo y las muchas identidades que tuvo que asumir para esconderse.

Fue Jacques Grador, Federico Artigas, Agustín Larrea, Rafael Bustamante, Camille Salagnac y sobre todo Federico Sánchez. Un juego de identidades que, con la ayuda de Domingo Malagón como ‘falsificador’ de documentación, surtió efecto durante un buen tiempo.

Fueron años de militancia en el Partido Comunista de España, de cuyas posiciones políticas no obstante acabó distanciándose hasta llegar a ser expulsado en 1964, en una reunión de la que se puede escuchar un fragmento en la muestra.

Después enfocó su vida en el cine, en construir guiones con los que fue consciente del poder de su denuncia. Entre 1966 y 1997 escribió once clásicos y fue nominado dos veces a los Oscar.

La escritura, el sentido de la memoria y de una Europa de paz y solidaridad, como cuenta la comisaria, ocupa la quinta sección de la expo, después de su etapa al frente del Ministerio de Cultura durante uno de los Gobiernos de Felipe González, de 1988 a 1991.

Y es que Semprún fue un europeísta de referencia y un militante de la memoria, como han destacado en la inauguración el secretario de Estado de Cultura, Jordi Martí Grau; el de Memoria Democrática, Fernando Martínez López, y el director de la BNE, Óscar Arroyo.

La idea de una Europa de paz y solidaridad quedó impregnada sobre todo tras salir del campo de concentración, una idea que, según la comisaria, «nos debe hacer relexionar en los tiempos que vivimos», la de «la paz -concluye- como elemento vertebrador de una Europa democrática».