Juliana Leao-Coelho
Rivas Vaciamadrid (Madrid), 2 oct (EFE).- Más de mil familias de la Cañada Real madrileña, el mayor asentamiento irregular de Europa, cumplen este jueves cinco años sin luz, a lo que se añade la falta de fibra óptica desde el 30 de junio que afecta a unas seiscientas familias, según el párroco Agustín Rodríguez.
El párroco titular de la Parroquia de Santo Domingo de la Calzada, ubicada en el sector 6, el más perjudicado por los cortes de luz, pide al Gobierno y a la Comunidad «un consorcio» que agilice las acciones del Pacto Regional por la Cañada, no normalizar la vulnerabilidad en los derechos de la gente y que se sienten el Gobierno y la Comunidad porque «no hay ningún acercamiento».
En cinco años «no ha habido ningún avance». Una sentencia de 2024 del Juzgado número 42 establece que «no se puede rearmar el sistema porque hay riesgo de electrocución», tras un largo proceso con denuncias y recursos «por defraudación de fluido eléctrico a Naturgy en una zona muy concreta de plantaciones» de marihuana, ha explicado Rodríguez a EFE.
Para la juez, «dado el tiempo transcurrido, nadie puede acreditar en qué situación están las líneas, que pueden salir ardiendo», pero «tampoco se pueden desenganchar las conexiones ilegales en las zonas con suministro hasta ser realojadas estas familias».
En el sector 6 hay una parte con luz. También hay suministro en el sector 5, cuyos vecinos se turnan para tenerlo «unos un día y otros al siguiente», según Rodríguez.
Por su parte, la distribuidora eléctrica UDF, de Naturgy, muestra «su solidaridad con las familias» afectadas y remarca que la Justicia ha ratificado «en varias instancias» que las interrupciones de suministro vinculadas a enganches ilegales y sus consecuencias «no son imputables a UDF», ha indicado la empresa a EFE.
Tres meses sin fibra óptica
Según el párroco, la precariedad de las familias se complica desde hace tres meses con la falta de conectividad por fibra óptica, que suministra Movistar, debido al paso de camiones y actos de vandalismo, en una zona donde «ya de por sí la telefonía móvil falla».
De ahí que Rodríguez pida a Telefónica «alguna solución inalámbrica o por satélite». La fibra, instalada hace años, solucionaba el problema del robo de cobre y la falta de cobertura en varios tramos.
Cada contrato debe presentar «su propia reclamación. Hemos presentado numerosas solicitudes y no nos terminan de dar una solución, dicen que están en ello».
Lentitud en los realojos
El Pacto Regional (2017) entre el Gobierno, la Comunidad y los ayuntamientos de Coslada, Madrid y Rivas, es «la mejor herramienta y un auténtico logro de personas que trabajaron para ponerse de acuerdo, al margen de cuestiones políticas».
Pero en 2020 «nos vino el fracaso del suministro de luz, que rompió todos los juegos de relaciones y bloqueó la búsqueda de soluciones», ha explicado.
La situación está «estancada» porque los realojos, unos 400 desde 2018, «no avanzan al ritmo que resuelva el problema». Los 330 millones de euros comprometidos empezaron a gastarse, pero la gestión es «exageradamente lenta».
La ralentización provoca «que venga gente a vivir, la gente compra tiempo». Con 10 mil euros tendrían para un año de alquiler en Madrid. «Si compran una vivienda aquí tienen para ocho-diez años».
Mantener la esperanza
Pese a todo, «somos capaces de mantener la esperanza. Cuando se juega la propia dignidad de la gente, no cabe más que el futuro». Pese a todas las dificultades, «somos capaces de gestionar fiestas, encuentros, espacios interculturales, interreligiosos, de amistad y de trabajo».
La población de la Cañada «es ejemplar», en todos estos años no hubo «ninguna violencia». Pero cada día que pasa sin solución «se está infringiendo un dolor a la dignidad y la calidad de vida de estas personas», algo que «nos lo podríamos ahorrar porque al final es una decisión política», concluye. EFE
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