La ‘carta a los Reyes Magos’ de las pymes para participar de la nueva inversión en defensa

Uno de los estand de la Feria Internacional de Defensa y Seguridad de España (FEINDEF), en el que se ven distintos uniformes. EFE/David Fernández

Madrid, 17 may (EFE).- La Asociación de Empresas Contratistas con las Administraciones Públicas (Aesmide) ve en el plan de Seguridad y Defensa del Gobierno una oportunidad “importantísima” de inversión, aunque todavía no ha hecho una estimación cuantitativa de su repercusión en las empresas bajo su paraguas, muchas de ellas pequeñas y medianas.

“Yo les he pedido a todos que hagan una carta a los Reyes Magos de lo que pueden ofrecer estas empresas”, que son el corazón de la cadena de suministro de las grandes compañías tractoras, asegura el presidente de Aesmide, Gerardo Sánchez Revenga, en una entrevista con EFE, con motivo de la Feria Internacional de Defensa (Feindef), que se ha celebrado esta semana.

Una nueva ventana de inversión

Imagen del presidente de Aesmide, Gerardo Sánchez Revenga. EFE/David Fernández

El plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa, aprobado por el Gobierno el pasado mes de abril y que supone un presupuesto adicional de 10.471 millones de euros este año con el objetivo de llegar al 2% del PIB, abre una nueva ventana de inversión para las empresas a las que representa Aesmide.

La asociación, fundada en 1984 y que reúne a más de 70 empresas, tiene como objetivo fundamental la colaboración entre la Administración pública en general, y el Ministerio de Defensa en particular, con la empresa privada.

Aunque ninguna de sus empresas fabrica armamento, pueden producir “desde calidad de vida en circunstancias extremas a tecnología, infraestructuras, ciberseguridad, computación cuántica o inteligencia artificial”, precisa.

La defensa no es solamente armamento, también es protección y calidad de vida del soldado. Y ahí estas empresas tienen mucho que aportar al plan, según Sánchez Revenga.

Desde chalecos femeninos a tejidos invisibles

“Te voy a poner un ejemplo muy claro, el soldado en el cuartel, desde que se levanta hasta que se acuesta, está utilizando productos de nuestras empresas: la camareta en la que duerme, las botas, el vestuario, el casco de combate, el chaleco antibalas, la alimentación…”.

Saca pecho de las raciones de combate de las Fuerzas Armadas españolas, “las mejores del mundo”, de chalecos antibalas para mujer (el primero lo desarrolló una empresa española), de cascos más cómodos que no pesan, de vehículos contra incendios o de tiendas de campaña.

También de otras innovaciones en material de montaña como la mochila que ante una avalancha de nieve salta un airbag que evita que el soldado se hunda o un nuevo tejido que reduce significativamente la huella térmica del combatiente, aumentando así sus capacidades de ocultación, que se ha presentado en Feindef.

Algunas de las propuestas de inversión de Aesmide de cara al futuro pasan por ampliar la dotación de cascos de combate a las Fuerzas Armadas: un casco para cada soldado. “Si quieren invertir en protección a la fuerza, pueden hacerlo”, advierte.

También plantea más inversión en ciberseguridad mediante un proyecto en el que estarían implicadas 2 o 3 empresas de Aesmide cuyo objetivo sería examinar la cadena de suministro de las grandes compañías tractoras y evitar que un ‘agujero’ en la seguridad de alguna de las pequeñas les pueda afectar.

Certeza, fiabilidad y previsibilidad

Además del Plan, Revenga valora que en los últimos años se haya incrementado de una manera importante el presupuesto de defensa, gracias, a su juicio, al impulso de la secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce; y de la ministra Margarita Robles.

La industria de defensa tiene que conocer las necesidades de su cliente principal, que son las Fuerzas Armadas, y éstas, a su vez, tienen que valorar las técnicas de las empresas y su importancia, “porque muchas veces se fijan en cuestiones de precio y hay que fijarse en la calidad”, apunta.

Pone el acento en que para que las empresas inviertan tienen que contar con certeza, fiabilidad y previsibilidad, porque fabricar productos de defensa requiere de un tiempo de maduración, de planificación.

Al respecto, reconoce que hoy existe más certidumbre que hace uno, dos o tres años, en parte por la guerra de Ucrania que, “por desgracia, ha hecho ver a la sociedad que la defensa, que antes era un bien intangible, se ha convertido en un bien imprescindible porque garantiza la seguridad”.

No obstante, considera que la inversión en defensa debería tener un tratamiento distinto al de otros Departamentos porque los productos son a largo plazo y no se pueden ajustar a la ley general presupuestaria. Por ello, esta asociación ha propuesto modificar la ley de contratación para hacerla más flexible.

Y espera que el “enamoramiento” que existe ahora en relación con la defensa no sea pasajero y dure al menos cuatro o cinco años. EFE

Teresa Díaz