La ciberseguridad y la lucha contra la desinformación, prioridades de La Haya en la cumbre de la OTAN

Preparativos para la cumbre de la OTAN en La Haya.EFE/EPA/REMKO DE WAAL

La Haya, 23 jun (EFE).- Es una cumbre de solo dos días, pero Países Bajos lleva preparándose desde 2023 para la operación logística y de seguridad sin precedentes que supone la cumbre de la OTAN de esta semana: le preocupan la ciberseguridad y la lucha contra la desinformación, y ha desplegado a 27.000 policías y 10.000 soldados para proteger a los mandatarios y sus delegaciones.

Preparativos para la cumbre de la OTAN en La Haya. EFE/EPA/REMKO DE WAAL

La ciudad neerlandesa de La Haya será la anfitriona el martes y miércoles de la cumbre de la OTAN. El Coordinador Nacional para la Lucha contra el Terrorismo y la Seguridad (NCTV) y los servicios de seguridad se han estado preparando de distintas formas desde 2023 para esta cumbre de dos días, a pesar de que la confirmación oficial no llegó hasta el verano pasado.

Preparativos para la cumbre de la OTAN en La Haya. EFE/EPA/REMKO DE WAAL

Dos de las prioridades son la ciberseguridad y la lucha contra la desinformación. “Países Bajos es un país relativamente seguro en el ciberespacio, pero es importante estar preparado para una eventual crisis”, señaló Pieter-Jaap Aalbersberg, coordinador nacional del NCTV.

Admitió que no se pueden evitar del todo los ciberataques, ni la propagación de información falsa, porque ocurrió lo mismo en cumbres anteriores en Washington (2024) y Vilna (2023), pero consideró “importante” que los servicios seguridad puedan “intervenir rápidamente si ocurre algo” durante los días en los que se celebran reuniones de los representantes de la Alianza.

Se desplegarán unos 27.000 agentes de policía y el Ejército movilizará a unos 10.000 militares, incluidos 5.000 miembros de la gendarmería, para gestionar la visita de los líderes mundiales y sus delegaciones. Pero, a pesar de que casi la mitad de los agentes del país serán desplegados para la cumbre, el servicio policial continuará en el resto de la nación y las comisarías permanecerán abiertas, prometió Willem Woelders, comandante nacional de la policía.

Durante la cumbre habrá zonas designadas como áreas de alto riesgo donde la policía tendrá más poderes para actuar sin una causa directa. Del 16 de junio al 11 de julio podrán realizar cacheos preventivos o registrar vehículos, y habrá controles adicionales en los hoteles donde se alojarán los invitados. Las medidas serán especialmente estrictas en torno al aeropuerto de Ámsterdam y en La Haya, especialmente alrededor del World Forum, donde se celebrará la cumbre.

Gran parte de la ciudad está prácticamente clausurada para los residentes. Muchas carreteras están cerradas al tráfico, no habrá suficiente transporte público durante los días de la cumbre, se ha instado a las empresas al teletrabajo durante esos días, e incluso el espacio aéreo y marítimo estarán restringidos, con un 10 % menos de vuelos comerciales, por una cuestión de seguridad.

El alcalde de La Haya, Jan van Zanen, consideró “un honor” que la ciudad acoja una cumbre tan importante, pero subrayó que eso también conlleva responsabilidades y admitió que las medidas de seguridad pueden causar molestias a los vecinos. No obstante, aseguró que no solo están para proteger a las delegaciones, “sino también protegen a los residentes y visitantes de La Haya”.

También insistió en que “sí, es verano”, así que las actividades en la playa seguirán y las embarcaciones podrán salir al mar, aunque con restricciones. El objetivo es que la vida social y la actividad económica continúen lo máximo posible, hasta que culmine la cumbre.

El alcalde tiene en cuenta las posibles manifestaciones, tanto anunciadas como espontáneas. Está obligado a permitirlas, a menos que representen una amenaza para la seguridad, la salud o el orden público, así que las protestas pequeñas se ubicarán dentro del área visible del evento, pero las manifestaciones más grandes se dirigirán a una zona verde conocida como Malieveld, más cercana a la Estación Central, y no tanto al World Forum.

Las medidas de seguridad se extienden más allá de La Haya: la noria de Noordwijk, un municipio cercano, está siendo parcialmente desmontada, ya que se encuentra cerca del hotel donde probablemente se hospedará el presidente estadounidense Donald Trump.

Muchas de las medidas en marcha recuerdan a la gran cumbre anterior en La Haya, la de Seguridad Nuclear en 2014, pero ahora la situación geopolítica es distinta, la ciberseguridad tiene más peso, y la relación transatlántica con Estados Unidos también es distinta.

Imane Rachidi