São Paulo, 10 jun (EFE).- El italiano Carlo Ancelotti cambió la cara a Brasil este martes, en su primer partido en casa, y recibió como regalo de cumpleaños su primera victoria y la clasificación al Mundial, que se había complicado más de lo debido para una selección de la jerarquía de la pentacampeona.
Ancelotti salió con una alineación con cuatro hombres de ataque, que le permitió tener más presencia ofensiva, orden táctico y, sobre todo, más capacidad para generar ocasiones de gol que en su triste debut en Ecuador (0-0). El Brasil de Ancelotti comienza a tomar forma.
El resultado, una victoria por 1-0 contra Paraguay que le ha valido a Brasil para sellar su clasificación al Mundial con dos jornadas de antelación.
El resultado le viene a Ancelotti como un regalo de cumpleaños, el día que el técnico cumplió 66 años.
El estadio del Corinthians no pasó por alto la efeméride y recibió al preparador de Reggiolo con una calurosa felicitación de cumpleaños.
«Felicidades, Carletto», en portugués, se podía leer en un mosaico en papel verde y amarillo brillante, formado en los dos pisos del graderío este del coliseo paulista.
Después, los nervios. Ancelotti no se sentó en el banquillo ni un instante en todo el partido.
Siempre con las manos en los bolsillos, mascando un chicle, Carletto caminaba a pasos cortos por el área delimitada frente al banquillo brasileño, dando alguna instrucción puntual, o unas palmas a Rafinha o a Alisson: el estilo tranquilo habitual del italiano.
En el minuto 43, llegó el gol de Vinícius. Ancelotti, lo celebró con alegría contenida, sin aspavientos, y luego, con un abrazo al jugador al que dirigió en el Real Madrid en las últimas cuatro temporadas.
Con Carletto, Vinícius pasó de ser un jugador que no estaba asentado en el once titular del Real Madrid, a ganar el premio The Best de la FIFA.
En la selección brasileña, Vinícius también espera que su mentor le ayude a mejorar sus números, de momento pobres y que serán fundamentales para mejorar las opciones de Brasil en el Mundial de 2026.
Con el partido de hoy, el extremo criado en São Gonçalo suma siete goles en 41 partidos con la Canarinha, el de hoy, decisivo.
Ante Paraguay, su participación fue más allá del gol, desequilibró y generó sensación de peligro en la portería del ‘Gatito’ Fernández mientras estuvo en el campo. Una mejoría en la nueva etapa de Ancelotti.
El gol de Vinícius y la mejoría ofensiva de Brasil dieron tranquilidad al entrenador italiano.
El único momento en el que se le vio alterado fue a raíz de un pisotón de Mathías Villasanti a Vanderson al final de la primera parte. El italiano protestó de forma acalorada y después se quedó comentando la jugada con el juez de línea.
Al final del partido, Carletto lo celebró visiblemente contento, apretando los puños hacia el banquillo.