Madrid, 9 sep (EFE).- Los menús especiales por intolerancias y alergias alimentarias o por factores socioculturales como la religión o el vegetarianismo y el veganismo han aumentado en los comedores de los colegios y ya suponen entre el 10 % y un 15 % de las preparaciones de las empresas de restauración colectiva escolar.
Así lo ha apuntado a EFE el portavoz de la patronal Food Service España, Mario Agudo, quien ha indicado que «hace 20 o 25 años no existía el abanico que hay ahora de dietas especiales adaptadas», en parte «porque se realizan más diagnósticos médicos sobre la salud de los niños».
Además -ha continuado-, la restauración colectiva para colegios «tiene que ser permeable a las exigencias sociales, aunque suponga una complicación para una cocina gestionar no solo un menú basal, sino otros 10 o 20 con especialidades» y, todo, bajo «tres pilares: sostenibilidad, salud y nutrición».
Las empresas agrupadas en Food Service España sirven o elaboran en los propios colegios cada día 15 millones de menús, el 70 % de los consumidos en los centros educativos españoles; de los 30.000 trabajadores que emplean, 2.000 son nutricionistas que se encargan de asegurar el equilibrio nutricional de los platos, según Agudo.
El pasado 16 de abril, el Gobierno publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el Real decreto de comedores saludables y sostenibles, una normativa que entrará en vigor el mismo día de 2026, ha precisado Cristina Rodríguez, del Colegio de Dietistas y Nutricionistas de Madrid (Condinma),
Su objetivo es que los centros educativos aseguren el consumo diario de frutas y verduras frescas, ofrezcan más pescado y legumbres y eliminen las bebidas azucaradas.
Agudo ha apuntado que las empresas dedicadas al cáterin han hecho ya los deberes sobre lo que postula este marco legal: «Estamos trabajando desde hace muchos años en la línea de ofrecer menús equilibrados».
Desde la empresa de restauración colectiva Serunión, un portavoz ha destacado la propuesta de sus menús «se alinea con el nuevo real decreto», y que su oferta incluye «proyectos educativos como la escuela Nutrilab», para «capacitar a los estudiantes para tomar decisiones sobre su alimentación a lo largo de su vida».
Subida del precio
Rodríguez ha precisado que, tras las vacaciones estivales, cuando «la alimentación está menos reglada», la vuelta al cole debería suponer para los niños retomar una «planificación de comidas acorde con unos buenos hábitos de alimentación».
Ha lamentado que, en algunos coles, ante una subida de los precios de los alimentos, ajusten la calidad de sus menús «para abaratar costes» y, «desgraciadamente, aumentan el número de veces que ponen, por ejemplo, pasta y arroz en detrimento del número que incorporan verdura y frutas que son productos más caros».
Agudo, por su parte, ha mencionado que «la subida sostenida de las materias primas, como ocurrió tras el inicio de la guerra en Ucrania», ha obligado a las firmas de restauración colectiva a «ser muy competitivas, pero siempre garantizando un precio asequible para un gran número de bolsillos».
El pasado mes de agosto, siete ciudades francesas, entre ellas París y Lyon, decidieron prohibir en los menús escolares el atún en lata por su contenido en mercurio, que a niveles elevados es un «neurotóxico que afecta al desarrollo cognitivo», según Rodríguez.
«La prohibición viene motivada por el principio de precaución», ha añadido Rodríguez, quien ha reconocido que el debate sobre el consumo de atún -un pescado rico en ácidos grasos omega 3, vitaminas y minerales- «siempre ha sido controvertido» y más entre los niños.
La portavoz de la comisión de comedores de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnado (Ceapa), Olga Leralta, ha considerado que la prohibición del atún en Francia ha sido «un ejercicio de responsabilidad» y ha arremetido contra las «líneas frías» de menús procedentes de cocinas centrales , a veces, «a cientos de kilómetros» de los coles.
«El rechazo de algunos alimentos como las verduras por los niños es porque no se dan alimentos de proximidad, frescos y de temporada», han afirmado antes de poner como ejemplo que «no es lo mismo que hagan un pisto en el día a que sirvan uno congelado hecho hace dos semanas».