Madrid, 1 oct (EFE).- En el ocaso de este miércoles se inicia el día más elevado del calendario judío, el Yom Kipur, una jornada dedicada a la introspección y al perdón que los judíos españoles viven con preocupación por lo que consideran un aumento del antisemitismo derivado de la ofensiva de Israel sobre Gaza.
«Esta festividad la vivimos con un poco de preocupación por el auge del antisemitismo y el antijudaísmo que estamos viviendo día a día», ha explicado a EFE David Obadía, presidente de la Federación de Comunidades Judías de España, quien ha señalado como punto a tener en consideración la gran concentración de fieles en las sinagogas durante el Yom Kipur.
En un día normal, apunta, dentro del templo pueden congregarse 20 o 30 personas, pero en el día «más elevado» para los judíos llegan a pasar por la sinagoga entre 200 y 300 personas.
Ante la existencia de miedo o alerta, Obadía confirma que la comunidad judía está en contacto permanente con el Ministerio del Interior y con las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. «Velan por nosotros», ha avisado.
¿Qué es el Yom Kipur?
El Yom Kipur es, según Samuel Garzón, rabino principal de la comunidad judía de Barcelona, un «mandamiento bíblico». «Es un día de perdón y de expiación por aquellas desobediencias cometidas a lo largo del año con el creador, y a su vez es un día de paz y de reencuentro entre las personas, ya que todos se perdonan mutuamente las ofensas causadas», concreta.
También conocido como el ‘sabbat’ de los ‘sabbats’, completa los ‘altos días sagrados’, iniciados diez jornadas antes con el Rosh Hashaná, el año nuevo judío.
Estas diez jornadas representan los últimos diez días del periodo de 40 días que Moisés estuvo en el monte Sinaí recibiendo el segundo juego de tablas de la ley, con las que perdonó la adoración del Becerro de Oro durante su ausencia al pueblo de Israel.
Ese día no se debe realizar ningún trabajo y es obligatorio el ayuno (salvo en el caso de los niños, enfermos y embarazadas), y prácticamente toda la jornada transcurre en la sinagoga.
«A diferencia de las demás pascuas judías, que se viven mucho en familia y en el hogar, ese día es más litúrgico, de ir a la sinagoga. Hacemos hincapié en el perdón y en intentar enmendar, tener un nuevo año mejorando a nivel personal, autosuperándonos, ser mejor persona y estar mejor con Dios y con el prójimo», subraya Marcos Cohen, fiel de la comunidad judía de Málaga.
A diferencia del resto de días, en el Yom Kipur se recitan cinco plegarias: al comenzar la jornada (esta tarde-noche), dos por la mañana y otras dos antes del ocaso del jueves.
El rito termina con el toque del ‘shofar’, un cuerno de carnero, que marca también el fin del ayuno.
«Al ser un día de reflexión y aprendizaje, todo el mundo se compromete a cumplir con el mandamiento judío del ‘tikún olam’, que viene a significar arreglar o dejar el mundo en mejor condición para las futuras generaciones», puntualiza Garzón.
Una festividad marcada por la guerra
En un día de Yom Kipur como hoy, el 6 de octubre de 1973, una coalición de países árabes liderados por Egipto y Siria atacaron Israel, desencadenando la conocida como Guerra del Yom Kipur.
En el Yom Kipur de 2025, 52 años después, estos ecos resuenan en las noticias que llegan de la guerra en Gaza.
«Da un poco de miedo y respeto. Hemos notado un gran aumento en actos antisemitas, comentarios…, tanto de forma activa como pasiva» asegura Cohen, quien opina que en España se está «estigmatizando» la guerra. «Lo están presentando como muy simple: estos son los buenos y estos son los malos, y eso es un peligro», resalta.
En ese sentido, reconoce que, mientras que la situación actual ha llevado a algunos miembros de su comunidad a acercarse más a la religión, otros «intentan pasar desapercibidos».
«No quieren llamar la atención, ocultan que tiene origen judío para no ser estigmatizados o para no tener problemas con el vecino, el trabajo o el compañero de facultad», lamenta Cohen, quien defiende que «cualquier guerra es mala para todos los lados».
Por su parte, el rabino Garzón asimila la guerra con el otoño, estación en la que siempre se celebra el Yom Kipur, y anima a su comunidad a vivir este día «con la promesa de buscar esperanza».
«Cuando el árbol vive un otoño o un invierno, se siente desprotegido, pero por dentro está la savia que unta todo el tronco y lo mantiene fresco, a pesar de la realidad cruda que se vive en el exterior. No por esto nosotros nos hemos de dejar resquebrajar, sino todo lo contrario», expone Garzón, quien emplaza a los judíos a mantener la «resiliencia» y «confiar en el creador».