La condena a Uribe agita la política colombiana en vísperas de las elecciones de 2026

Fotografía de un cartel con la imagen del expresidente de Colombia Álvaro Uribe Vélez este martes, en Bogotá (Colombia). EFE/ Mauricio Dueñas Castañeda

Bogotá, 29 jul (EFE).- La condena en primera instancia al expresidente colombiano Álvaro Uribe (2002-2010) por los delitos de soborno en actuación penal y fraude procesal agita el panorama político del país justo cuando se avecina un año electoral y abre la discusión sobre el impacto político que puede tener este caso judicial.

A primera vista, el fallo, cuya sentencia será leída el próximo viernes, es un golpe para el Centro Democrático, el partido de derecha fundado y dirigido por Uribe, pero hay quienes consideran que, por el contrario, puede darle un impulso, como ya se vio con el atentado del 7 de junio que dejó gravemente herido al senador y precandidato presidencial de la misma fuerza política Miguel Uribe Turbay.

Uribe, muy activo en redes sociales, ha mantenido un prudente silencio desde que ayer la jueza 44 Penal del Circuito de Bogotá, Sandra Heredia, leyó el fallo que lo convierte en el primer expresidente colombiano condenado penalmente, pero sus compañeros de partido han indicado que no es hora de arriar la bandera.

«Esta es una batalla que ganaremos en el 2026 con la ayuda de los colombianos y de Dios, porque la justicia puede tardar pero al final llega», manifestó en su cuenta de X la senadora Paloma Valencia, una de sus más fieles aliadas.

Colombia celebrará elecciones al Congreso el 8 de marzo del próximo año y las presidenciales serán el 31 de mayo, con una segunda vuelta el 21 de junio, en caso de ser necesaria.

Impacto limitado

Al respecto, Yann Basset, profesor de la Facultad de Estudios Internacionales, Políticos y Urbanos de la Universidad del Rosario, dijo a EFE que cree que el impacto político «es más bien limitado».

«Este juicio tiene una gran importancia histórica, simbólica para el país por la figura de Álvaro Uribe, pero él no está hoy muy en el centro de la vida pública, está muy dedicado a su defensa», agregó.

En opinión de Basset, la política colombiana «ya no gira alrededor de su persona como era hace diez o veinte años» porque han surgido nuevos actores, y «la derecha ya no está representada solo por el Centro Democrático».

«El Centro Democrático sigue siendo una organización sólida y Uribe tiene siempre sus partidarios y también sus detractores furibundos, eso es algo que no va a cambiar con la condena», agregó en referencia al comportamiento pasional de parte del electorado.

La sentencia que recibirá Uribe puede ser de entre cuatro años y ocho años de cárcel, seguramente en régimen de detención domiciliaria, aunque la fiscal del caso, Marlenne Orjuela, pidió que sea mayor, de nueve años.

Sin embargo, todo dependerá de la apelación que sus abogados harán el 11 de agosto ante el Tribunal Superior de Bogotá, que tiene plazo hasta el 16 de octubre para pronunciarse en segunda instancia.

Miradas a Cepeda

Tras el fallo contra Uribe, las miradas se han vuelto sobre el senador de izquierdas Iván Cepeda, reconocido como víctima en el juicio, pues hay quienes le ven aspiraciones presidenciales después de vencer en juicio al «hombre más poderoso del país», como lo llamó la jueza.

«Es un ataque que proviene de quienes son muy probablemente  socios políticos de Uribe. No, no hay tal cosa. El fallo es un fallo en justicia, en derecho. Y hay que entenderlo y analizarlo así», dijo Cepeda a EFE sobre la posibilidad de una candidatura presidencial.

Según Cepeda, una eventual candidatura suya sería «una decisión independiente» del resultado del juicio a Uribe, que depende de «muchos otros factores» y no «de si había o no un fallo condenatorio».

Además de los dos delitos por los cuales fue condenado, Uribe fue absuelto de un tercero, de soborno simple, todos como parte de un proceso que él mismo inició en 2012 cuando demandó ante la Corte Suprema de Justicia por supuesta manipulación de testigos a Cepeda, que en esa época preparaba una denuncia en el Senado en su contra por sus supuestos vínculos con los paramilitares y que en un efecto búmeran, se volvió en contra del expresidente.