Chengetai Zvauya
Harare, 17 sep (EFE).- La industria de la cría de cocodrilos de Zimbabue, una potencia mundial en ese sector, afronta diversos retos para sobrevivir, como la depresión del mercado de pieles, que no logró recuperarse tras la pandemia de la covid-19, cuando un exceso de oferta y la interrupción de ventas golpearon al sector.
La piel de cocodrilo figura entre las principales fuentes de divisas de Zimbabue, a la vez que impulsa el empleo y el crecimiento económico, y sus exportaciones llegan a Europa, Asia y otros mercados globales.
Pero “la industria enfrentó desafíos que han frenado su crecimiento en los últimos años, hasta el punto de que solo trece granjas de cocodrilos registradas siguen en funcionamiento, en comparación con las 47 que había en su apogeo en 1992”, dice a EFE el presidente de la Asociación de Criadores de Cocodrilos de Zimbabue (CFAZ), Jimmyson Kazangarare.
Esta situación se debe, en parte, a retenciones punitivas del 30 % de todos los ingresos por exportación, tarifas de agua exorbitantes, falta de préstamos a largo plazo, contaminación derivada de las actividades mineras y los efectos del cambio climático.
La industria registró una disminución del 18 % en el número de pieles saladas y húmedas exportadas, que pasó de 86.454 en 2023 a 70.976 en 2024, porque el valor de las pieles saladas aumentó un 8,68 % debido a mejoras en la calidad y tamaño, según la CFAZ.
El mercado de pieles de lujo exige requisitos de calidad, como alimentación y agua adecuadas para los animales, que, en caso de no cumplirse, pueden encarecer el producto final.
“Hemos visto el establecimiento de regulaciones y estándares para controlar la cría de cocodrilos. El bienestar animal y las cuestiones de cumplimiento normativo han cobrado protagonismo, convirtiéndola en una de las industrias más reguladas del país”, añade Kazangarare.
Una industria sensible

Para el secretario permanente del Ministerio de Tierras, Agricultura, Pesca, agua y Desarrollo Rural de Zimbabue, Obert Jiri, la cría de cocodrilos es una industria sensible que requiere una gestión cuidadosa, pero que tiene un buen desempeño a nivel mundial, generando divisas necesarias para el sector.
“Nuestros criadores de cocodrilos en todo el país están haciendo maravillas a pesar de ser un número reducido. El Gobierno continúa trabajando y monitoreándolos, exigiéndoles informes anuales bajo la supervisión del Departamento de Pesca”, explica Jiri a EFE.
En la localidad de Binga (noroeste), por ejemplo, una granja cría actualmente 600 cocodrilos para reproducción, con la piel como producto principal y la carne destinada al consumo interno.
La granja es el mayor empleador del distrito, lo que sostiene medios de vida e impulsa la economía local.
Las exportaciones de piel de cocodrilo aumentaron en 2023 de 22 a 34 millones de dólares, con un impacto de 1.600 empleos directos, según datos oficiales.
Zimbabue es el segundo exportador mundial de productos de cocodrilo del Nilo y lidera el mercado con una cuota cercana al 45 % global.
Sin embargo, desde la pandemia no se han reanudado las exportaciones de carne de este reptil y los criadores buscan mercados alternativos.
“Necesitamos impulsar el consumo local de carne de cocodrilo e intentar encontrar mercados regionales y continentales que puedan consumirla”, remarca Kazangarare.
El cocodrilo es considerado una fuente importante de proteínas y podría resultar útil en un país que enfrenta inseguridad alimentaria provocada por sequías.
Ataques de cocodrilos
Otro de los problemas que enfrentan los criadores es el creciente número de ataques a humanos por parte de los cocodrilos. La CFAZ cifró en 107 las muertes de un total de 167 ataques entre 2015 y 2024, la mayoría contra pescadores o personas en zonas ribereñas.
“En cuanto a las estadísticas de ataques de cocodrilo, Zimbabue ocupó el segundo lugar, después de Zambia, como el peor país de África en número de ataques entre 2015 y 2024”, indica Kazangarare.
En 2022 se registraron 35 muertes, la cifra anual más alta, mientras que en 2021 se contabilizaron 37 ataques. La ciudad norteña de Kariba encabezó la lista tanto en ataques como en muertes, seguida de Binga.
Zimbabue cuenta con más de 12.000 cocodrilos del Nilo salvajes en el norte del país, con poblaciones relativamente estables. En algunos humedales, como el lago Kariba, la población incluso ha registrado ligeros aumentos, superando los 10.000 ejemplares.
La Autoridad de Gestión de Parques y Vida Silvestre de Zimbabue (ZimParks), en colaboración con CFAZ, monitorea estas poblaciones mediante conteos y el seguimiento de datos de anidación, lo que permite evaluar el estado general de la población.