Barcelona, 26 sep (EFE).- La compañía teatral La Cubana homenajea el teatro de aficionados con el musical ‘L’amor venia amb taxi’, que representan en el Teatro Romea de Barcelona, el mismo espacio en el que se estrenó esta obra de Rafael Anglada en 1959.

El director de La Cubana, Jordi Milán, ha explicado este viernes en la presentación del espectáculo que «es un musical, pero no un musical al uso» aunque, ha matizado, «en todos los espectáculos de La Cubana siempre ha habido mucha música y baile».
Para esta ocasión han recuperado canciones y melodías de la comedia musical catalana antigua, combinadas con canciones de Joan Vives y el resto de Xavier Mestres.
Milán ha dicho que «todo surgió con la idea de estrenar una obra homenaje al teatro catalán de aficionados en el Teatre Nacional de Cataluña (TNC), pero por circunstancias diversas no llegó a buen puerto, y cuando el Instituto Catalán de las Empresas Culturales (ICEC) lanzó una línea de ayudas a musicales en catalán pensamos en convertir la idea inicial en un musical».
La Cubana prefiere hablar de «teatro de aficionados en lugar de teatro amateur», porque, como ha apuntado Milán, «esta palabra se ha utilizado despectivamente para diferenciar esta actividad de la que es profesional, cuando cobrar o no cobrar por un trabajo no tiene nada que ver con la profesionalidad, sino con la seriedad y la responsabilidad que pones cuando haces una cosa».
Considera Milán que «el teatro de aficionados en Cataluña ha sido un patrimonio cultural muy importante, pero no se le ha dado el valor real que tiene, es una tradición artesanal de hacer teatro que no se debería dejar morir».
Además, añade, el teatro de aficionados permitió durante el franquismo que obras escritas en catalán llegarán a un público más amplio.
La Cubana escogió el Romea para el estreno porque ha sido siempre «el emblema del teatro catalán por excelencia» y porque es «el centro neurálgico de todo un mundo teatral que -ha señalado Milán- también queremos homenajear: los hermanos Peris de vestuario, la calle Junta de Comerç, la peluquería Damaret, la calle Sant Pau, los escenógrafos Germans Salvador, la calle Carretes».
Una tercera razón justificó la elección del espacio: «El primer espectáculo que hizo La Cubana en un teatro cerrado, después de nuestras aventuras en la calle -ha recordado-, fue precisamente en el Romea en 1986, con nuestra especial versión de ‘La tempestad’ de Shakespeare».
El espectáculo se sitúa en la Barcelona de 1959, en pleno franquismo, una época de transición con un pie en la larga posguerra y otro a punto de entrar en los años 60, con los primeros cambios sociales, musicales y culturales, con una ciudad que bullía con el desarrollismo del alcalde Porcioles, que impulsó una reforma urbanística que cambiaría la fisonomía de Barcelona.
Milán recuerda un artículo publicado en junio de 1959 en la revista Destino, obra de su director, Néstor Luján, quien criticaba duramente la calidad del teatro en catalán que se ofrecía en el Romea, «con referencias despectivas a actores como Joan Capri, sin nombrarlo directamente».
En el reparto de la obra figuran Ana Barrachina, Xavi Tena, María Garrido, Nuria Benet, Montse Amat, Bernat Cot, Oriol Burés, Laia Piró, Toni Sans, Victor G. Casademunt, Rubèn Montañá, Albert Mora, Ariadna Clapés, y los músicos Ferran Casanova, Xavier Mestres, Jan Espinach Rota, Helena Capdevila, Laia Ferrer Vila y Xavi Sánchez.
Tras este musical, que tendrá su estreno oficial el próximo martes 30 de septiembre, La Cubana hará gira por España con un espectáculo en castellano, ‘La cousine de ma cousine’.
De las funciones que ya han ofrecido con público antes del estreno, la compañía extrae una respuesta positiva: «Nos sentimos contentos porque el público entiende el mensaje de la obra, a pesar de que la obra habla de una época determinada del pasado», ha comentado Milán.