‘La cuina de Rossini’ del Petit Liceu llega a Bogotá con humor y música en vivo

Fotografía de artistas presentando la obra 'La cuina de Rossini' en el teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, en Bogotá (Colombia). EFE/ Carlos Ortega

Bogotá, 8 jul (EFE).- A través del humor, la cocina, y la historia de dos hermanos muy diferentes, ‘La cuina de Rossini’ (La cocina de Rossini) del Petit Liceu de Barcelona, que este año cumple su vigésimo quinto aniversario, invita al público familiar de Colombia a conocer algunas de las óperas más reconocidas del compositor italiano.

«La música y el arte son fundamentales para transmitir principios y tienen un poder de transformación mucho mayor del que creemos a veces. Con ‘La cuina de Rossini’, nos propusimos transmitir los valores de la cocina saludable, y la excusa es la música», explica a EFE el encargado de la dirección y adaptación musical, Andreu Gallén.

La obra catalana, que se estrenó por primera vez el 5 de julio en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo de Bogotá, comienza en un restaurante de comida saludable que no tiene mucho éxito. Ross, un fanático del compositor italiano Gioachino Rossini, ayuda en el establecimiento a su hermana Isabella mientras sueña con convertirse él también en un gran compositor.

«En sus tiempos libres cantaba ópera». Esta frase se escucha en escena justo antes de que empiece con fuerza la melodía de ‘Largo al factotum’ (1816), interpretada en directo junto a la Orquesta Filarmónica de Bogotá, que termina en una oleada de aplausos que marca el ambiente del espectáculo.

El entusiasmo del público, formado principalmente por familias, se mantiene constante. Las primeras risas se escuchan desde los primeros diálogos entre los hermanos, pero se intensifican cuando los dos protagonistas, Ross e Isabella, comienzan a interactuar con los personajes de las óperas de Rossini, todos ellos creados en el siglo XIX.

Cenerentola no quiere ir al baile

Fotografía de artistas presentando la obra 'La cuina de Rossini' en el teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, en Bogotá (Colombia). EFE/ Carlos Ortega

Una pelea entre los dos hermanos termina rompiendo una batuta de Ross y el incidente despierta a Rossini, quien acompaña a los jóvenes a algunas de sus obras más famosas, mientras Isabella los desafía constantemente, influyendo en todos ellos con su pensamiento de joven del siglo XXI.

Cenerentola, la protagonista de la ópera de Rossini de 1817 que en esta ocasión aparece con zapatillas deportivas de color naranja, cuenta que está triste porque sus hermanas no quieren que vaya al baile del príncipe, pero luego hace reír al público cuando entona: «Estoy harta de ir a fiestas del príncipe. Es creído y muy pesado y no para de decir que tiene mucha plata».

El director escénico, David Selvas, explica a EFE que, además de enseñar a «un gran compositor de la historia de la humanidad», la producción también pretende que el público se cuestione algunas historias que forman parte del repertorio del artista.

«Permite que a las familias les dé para hablar sobre si está bien o no que Cenerentola quiera ir al baile o sea independiente, o que Fiorello, que es un personaje secundario, pueda envalentonarse y hacer otras cosas», dice el actor y director español.

Acercar el universo «rossiniano»

Fotografía de artistas presentando la obra 'La cuina de Rossini' en el teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, en Bogotá (Colombia). EFE/ Carlos Ortega

«¿En qué época debo estar que ahora me debo presentar?», dice el espíritu de Rossini, sorprendiendo a la audiencia desde el palco derecho del teatro, tras percatarse que los dos hermanos no lo reconocen.

Gallén explica que, «tras investigar el repertorio rossiniano», se dio cuenta de que «hay muchísima música que conocemos, quizás inconscientemente, sin saber que es de Rossini».

«A mí me encantaría que el público después de ver esta obra, cuando vuelva a casa se ponga ‘Spotify’ o ‘YouTube’ y busque la música de Rossini. Esto para mí sería el éxito del espectáculo», concluye el director musical.

Carlota Mendoza