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La cúpula de Barceló cierra al público durante 2 años por obras de remodelación en la ONU

Eric Oller, gestor de proyectos en el Plan de Herencia Estratégica, el programa de remodelación del Palacio de Naciones de la ONU posa para EFE. La  Sala XX en la sede europea de la ONU, famosa por su cúpula del artista balear Miquel Barceló, cierra sus puertas a partir de este lunes, durante al menos dos años, debido a las obras de remodelación del edificio, que obligarán a tomar medidas de seguridad para proteger la obra de arte. EFE/ Antonio Broto

Ginebra, 14 sep (EFE).- La  Sala XX en la sede europea de la ONU, famosa por su cúpula del artista balear Miquel Barceló, cierra sus puertas a partir de este lunes, durante al menos dos años, debido a las obras de remodelación del edificio, que obligarán a tomar medidas de seguridad para proteger la obra de arte.

El famoso techo de estalactitas multicolores, que desde su inauguración hace 17 años se ha convertido en uno de los elementos más visitados y fotografiados del Palacio de las Naciones de la ONU en Ginebra, no sufrirá ninguna alteración en las obras, pero deberá ser aislado de los trabajos que habrá a su alrededor.

La Sala XX, también denominada Sala de los Derechos Humanos y de la Alianza de las Civilizaciones, se encuentra en el Edificio E del Palacio de las Naciones, una estructura de 11 plantas diseñada por el arquitecto británico Basil Spence e inaugurada en 1973 en la que se van a demoler progresivamente, sin explosivos, varios pisos superiores.

«Es muy importante que la obra artística se mantenga en perfecto estado, que no haya ningún tipo de daño irreparable, y para ello una de las preocupaciones es cómo gestionar las vibraciones» durante esos trabajos, explicó a EFE el español Eric Oller, gestor de proyectos en las obras del edificio.

Por ello se han realizado tests en los que se indujeron vibraciones como las que se cree que provocarán las obras de desmantelamiento de pisos, instalando sensores junto a las estalactitas de resinda de Barceló, para analizar cómo podrían reaccionar.

«Se concluyó que las vibraciones se transmitían a unos niveles equivalentes a las provocadas cuando se usa la sala, es decir, las que se crean en una reunión cuando entran unas 500 personas», explicó Oller.

Durante las obras se mantendrán los sensores de vibración instalados en los tests y sistemas de alerta automática, que se activarían para que los trabajos se detengan temporalmente si se sobrepasan determinados niveles de oscilación, explicó el técnico.

Barceló fue informado de todas estas medidas el pasado año, cuando fue invitado a visitar la sede de la ONU, «reencontrarse» con su creación y conocer el estado de las obras en el edificio.

Una década de trabajos

La  Sala XX en la sede europea de la ONU, famosa por su cúpula del artista balear Miquel Barceló, cierra sus puertas a partir de este lunes, durante al menos dos años, debido a las obras de remodelación del edificio, que obligarán a tomar medidas de seguridad para proteger la obra de arte. EFE/ Antonio Broto

Los trabajos en el Edificio E son parte de un magno programa de renovación de todo el Palacio de las Naciones del que forma parte, cuyas estructuras principales, de aire neoclásico y fachadas de granito y caliza, se construyeron entre 1929 y 1937 para albergar la Sociedad de Naciones, efímera antecesora de la ONU.

El denominado Plan de Herencia Estratégica para renovar este importante ejemplo del patrimonio ginebrino comenzó en 2017, se prevé que finalice en 2027 y costará más de 900 millones de euros, financiados por los Estados miembros de la ONU con la anfitriona Suiza como principal donante.

En este ambicioso plan trabajan profesionales como la arquitecta española Silvia Miralles, encargada de la supervisión del diseño arquitectónico y la coordinación de modelos digitales en 3D con información técnica.

«Formo parte de un equipo multidisciplinar de unos 40 profesionales, encargado de asegurar que el proyecto cumpla con los estándares de calidad, funcionalidad y protección del patrimonio establecidos por la ONU», explica a EFE.

La Sala XX con cúpula de Barceló fue inaugurada en noviembre de 2008 por el entonces secretario general de Naciones Unidas Ban Ki-moon, el presidente español José Luis Rodríguez Zapatero y el rey Juan Carlos I.

En sus casi 1.500 metros cuadrados de extensión, el artista balear empleó nueve meses de trabajo y 30.000 kilos de pintura para crear una estructura que recuerda al fondo marino o también a una cueva kárstica, y que cambia gradualmente sus colores a medida que uno recorre la sala de planta circular.

La remodelación de esa sala y la instalación de esta obra costó 20 millones de euros sufragados por el Gobierno de España junto a la Fundación ONUART, integrada por algunas de las principales empresas de la economía española.

Desde la inauguración, la sala ha acogido todo tipo de reuniones, además de 50 de las 60 sesiones que ha tenido desde su creación el Consejo de Derechos Humanos, una de las principales instituciones que tiene Naciones Unidas en Ginebra.

«Es una sala única, cualquier persona al entrar se siente impactada por la obra de arte, y aunque en el Palacio de Naciones hay mucho que ver nunca puede faltar su visita», subrayó Oller.

Debido al cierre de la sala, la actual 60ª sesión del Consejo, una asamblea de Estados de la ONU que tres veces al año discute durante semanas el estado de las libertades fundamentales en el mundo, se ha trasladado, como ocurrirá en 2026 y 2027, al mucho más sobrio Salón de Asambleas, que acaba de reabrir tras años de restauración.

La Sala XX con la cúpula de Barceló no es la única aportación artística española a Naciones Unidas en Ginebra, ya que el Salón del Consejo, también cerrado por obras, está presidido por enormes pinturas murales de color dorado y sepia obra del artista catalán José María Sert (1874-1945).

Antonio Broto

La  Sala XX en la sede europea de la ONU, famosa por su cúpula del artista balear Miquel Barceló, cierra sus puertas a partir de este lunes, durante al menos dos años, debido a las obras de remodelación del edificio, que obligarán a tomar medidas de seguridad para proteger la obra de arte. EFE/ Antonio Broto