Brasilia, 25 mar (EFE).- La defensa del expresidente Jair Bolsonaro solicitó este martes a la Corte Suprema la anulación del principal testimonio del caso, por presuntas irregularidades, durante el juicio en el que se decidirá si se acepta la denuncia contra el líder ultraderechista por intento de golpe de Estado.
El teniente coronel Mauro Cid, exedecán de Bolsonaro, prestó testimonio en el marco de un acuerdo de cooperación judicial e implicó tanto al líder ultraderechista como a varios de los miembros de su entorno político en una supuesta conspiración para impedir la investidura del actual presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, tras su victoria en las elecciones de octubre de 2022.
Según el abogado del exmandatario, Celso Sanchez Vilardi, la declaración de Cid no fue espontanea, como debería haber ocurrido, puesto que los investigadores fueron guiándole en el interrogatorio.
El letrado explicó que cuando se realiza una colaboración de este tipo, el delatador cuenta su versión de los hechos y los investigadores buscan las pruebas posteriormente.
Y, en este caso, “hubo una inversión”, “fue al revés: el Estado trajo pruebas, y él se adaptó a las pruebas”.
Además, el abogado solicitó en su alegato que se asigne el caso a un nuevo instructor.
Durante su intervención, el defensor insistió en la inocencia del ex jefe de Estado, aseguró que ningún documento compromete a Bolsonaro y negó su participación en los planes para asesinar a Lula, al vicepresidente Geraldo Alckmin y a De Moraes.
Bolsonaro y los otros siete acusados, entre los que hay militares de alto rango y antiguos ministros de su Gobierno (2019-2022), fueron denunciados por abolición violenta del Estado democrático de derecho, intento de golpe de Estado, implicación en organización criminal armada, daño calificado y deterioro de patrimonio.
La denuncia, presentada en febrero por la Fiscalía General, acusó al líder ultraderechista y a otros 33 sospechosos de tratar de anular los resultados de las elecciones de 2022 en las que Lula salió victorioso y mantenerse en el poder.
Según la acusación, la trama desembocó en la invasión violenta por parte de seguidores del exmandatario de las sedes del Supremo, el Congreso y la Presidencia el 8 de enero de 2023, pocos días después de la toma de posesión de Lula.