La desconexión de Israel no compromete las capacidades militares de España, según Defensa

Imagen de archivo de la secretaria de estado de Defensa, Maria Amparo Valcarce. EFE/ Juan Carlos Hidalgo

Madrid, 10 jun (EFE).- La secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce, ha asegurado este martes que la desconexión de la tecnología militar de Israel, que ha puesto en marcha el Gobierno, no compromete «en ningún caso» las capacidades de las Fuerzas Armadas españolas.

Valcarce respondía así en un desayuno informativo, organizado por Executive Forum, al ser preguntada por las consecuencias de esa desconexión tecnológica, que se ha iniciado ya con la revocación de la licencia de una empresa israelí para fabricar en España 168 misiles contra carro Spike LR2.

Tras reiterar que España no compra ni vende armas a Israel, la secretaria de Estado ha reconocido que sí hay relaciones comerciales y, en algunos casos, una dependencia «solo tecnológica» de este país. «Y queremos llegar al objetivo cero de dependencia», ha dicho.

La secretaria de Estado ha insistido en que no está en riesgo «absolutamente» ningún programa militar español porque las soluciones tecnológicas alternativas se desarrollarán bien en España o bien con socios europeos o con terceros países.

Así, Valcarce ha anunciado que se están analizando cada uno de los proyectos y se está trabajando ya con la industria de defensa «para ver las soluciones más eficientes» que proponen las empresas.

Además, a su juicio, la autonomía estratégica es también una oportunidad para el sistema de ciencia y tecnología y para la industria nacional .

«Y así es como estamos diseñando los planes de desconexión, pero el objetivo fundamental es no comprometer en ningún caso las capacidades de las Fuerzas Armadas», ha recalcado.

Según Valcarce, los planes de desconexión van a garantizar la plena autonomía estratégica de España que significa tener capacidad de diseño pero también operatividad sobre las capacidades militares de las que disponen las Fuerzas Armadas que se consigue con soberanía tecnológica.

Para obtenerla, ha señalado, hay que garantizar la seguridad del suministro, que no puede verse afectado por situaciones de guerra o de violencia, por problemas diplomáticos o por razones de índole humanitaria.