La doble reivindicación de las enfermeras escolares: mayor reconocimiento y más plazas

Imagen de archivo de una enfermera escolar en un colegio de San Sebastián en 2020, cuando la pandemia impulsó la contratación de este colectivo, que hoy en día advierte de que son insuficientes para atender a la comunidad escolar y demandan reconocimiento profesional. EFE/ Juan Herrero

Madrid, 6 ago (EFE).- Las enfermeras escolares se quejan de que sufren un doble déficit en España: faltan 9.512 profesionales para alcanzar la media europea y consideran que su labor sigue sin recibir suficiente reconocimiento, pese a ser quienes sostienen en “primera línea” la atención sanitaria en los colegios.

Según el Consejo General de Enfermería, la ratio en España es de una enfermera escolar por cada 6.368 alumnos, un dato que está lejos de cumplir la media de la Unión Europea, situada en una por cada 1.000, y aún más alejado de las recomendaciones de asociaciones internacionales, que aconsejan una por cada 750 alumnos en centros ordinarios y una por cada 350 en colegios de educación especial.

La pandemia, si bien es cierto que revolucionó el sistema educativo, puso en evidencia la importancia del trabajo de los y las profesionales de la salud. Las enfermeras escolares fueron las que establecieron, entre otras medidas, controles para evitar contagios y enseñaron cómo hacer de las aulas entornos seguros, hecho que mostró los beneficios de contar con ellas de manera permanente en los centros educativos.

Estas profesionales sanitarias tienen un papel fundamental en el sistema educativo y sus funciones abarcan desde atender las urgencias que surjan en horario lectivo, hacer seguimiento a alumnos con enfermedades crónicas, hasta formar a toda la comunidad educativa.

Actualmente, no existe una ley nacional sobre la ejecución de actividades sanitarias en los centros educativos, algo que el Consejo General de Enfermería (CGE) lleva reclamando desde hace años: «Nos hemos reunido con ministerios, con consejerías, les hemos enviado cartas e informes, pero de momento, no hay avances tangibles», ha afirmado Florentino Pérez, presidente del CGE.

La figura de la enfermera escolar no está presente en todos los colegios españoles. Mientras que en los centros privados, que ofrecen el servicio a los padres a cambio de una cuota anual, se le otorga más protagonismo a la profesión, en los públicos su representación es muy escasa o prácticamente nula.

«En este país no estamos acostumbrados a prevenir, que sería lo ideal, sino que vamos al aquí te pillo, aquí te mato», afirma Natividad López, presidenta de la Asociación Nacional e Internacional de Enfermería Escolar (AMECE), quien defiende que haya al menos una enfermera en todos los colegios de España.

La situación es muy desigual en toda España, si bien Cantabria, con cuatro enfermeras escolares por 89.787 alumnos, es la comunidad autónoma con menos profesionales, la Comunidad de Madrid concentra el mayor número de plazas, con más de 1.000 sanitarias a tiempo completo en centros educativos, según los últimos datos del Consejo General de Enfermería.

Desde AMECE reclaman que la jornada laboral de las enfermeras escolares debería ser completa o que abarcase toda la jornada lectiva, en lugar de tener un horario cambiante constante: “Ahorran dinero poniendo su horario en la hora de la comida o incluso haciendo que durante un día pasen por tres colegios a la vez”, ha asegurado López.

Niños con enfermedades crónicas, alergias y formación a la comunidad escolar

Natividad Madrid, enfermera en la capital desde 2013, asegura que hay muchos niños con enfermedades crónicas y destaca aquellos que padecen diabetes: «No pueden hacer una vida normal».

«Sé de casos de niños diabéticos que les han hecho apagar su bomba de insulina en un examen porque si pita, molesta al resto de los compañeros», confiesa la profesional, quien piensa que para evitar esto debería ser «obligatorio» tener este servicio.

«En muchos casos, cuando existe un alumno con enfermedad crónica, uno de los padres tiene que dejar de trabajar, y no tendría porqué si hubiese una enfermera escolar», denuncia María Sánchez, presidenta de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (CEAPA).

Un caso con final feliz ha sido el de Gon, que tiene diabetes tipo 1 y su instituto público en el madrileño distrito de Carabanchel ya cuenta con enfermera gracias a que el equipo directivo y la asociación de familia del centro pelearon por ello tras su diagnóstico, según ha explicado a EFE su madre, Violeta, quien se reconoce «mucho más tranquila». Y recuerda cómo la enfermera controla la medicación de rescate, la bomba de insulina… y ha ayudado a que toda la comunidad educativa sepa cómo actuar.

Y es que, la enfermera escolar no solo atiende las urgencias diarias, sino también da educación para la salud. Forman a personal docente y no docente para poder enfrentarse desde a una alergia hasta qué hacer ante un caso de hipoglucemia o de epilepsia.

Natividad Madrid explica que esta labor ayuda a que los niños sean «más resolutivos y más autónomos» y sobre todo aprenden a valorar qué es importante y qué no. EFE

sgb/agc

(Recursos de archivo en www.lafototeca.com cód 12706200 y otros)