
La empresa de la trabajadora asesinada dice que les comunicó ayer mismo que era acosada
Vigo, 30 jul (EFE).- Aralia, la empresa que presta el servicio de ayuda en el hogar en O Porriño (Pontevedra), afirma en un informe que fueron conocedores del acoso que sufría su empleada Teresa el mismo día de su muerte, aunque la víspera ella ya les trasladó que la relación con el presunto culpable era complicada.
La empresa ha roto su silencio tras haber entregado la información a la Guardia Civil, que instruye las diligencias. El documento que ha sido facilitado a EFE señala que el lunes, víspera de la muerte, recibieron una llamada del Ayuntamiento de O Porriño para comunicarles que la hija de la usuaria a la que Teresa atendía (mujer del hombre detenido por el asesinato) había tenido una reunión con servicios sociales para trasladarles que la asistenta no estaba elaborando la comida. Teresa les comunicó que el marido de la usuaria, por petición de este, era quien se encargaba de esa tarea, que la usuaria era reticente al aseo y que en ocasiones le levantaba la mano. Además, señaló que el marido demandaba mucha atención y le dificultaba el trabajo. El mismo día de los hechos, a las 8:28 horas, Teresa llamó a Aralia para comunicar que renunciaba al servicio y explicó que el lunes había sufrido una situación de acoso, que no iba a permitir. Según la empresa, la trabajadora no dióo una respuesta clara, pero recalcó que no iba a «permitir» que nadie la tocara, ni siquiera un brazo o una mano. Aralia comunicó a la empleada que se podrían en contacto de forma inmediata con la familia de la usuaria para comentarle lo sucedido. La hija de la usuaria preguntó a la empresa si la auxiliar acudiría a realizar el servicio y le comunicaron que no porque pensaban que su empleada no acudiría al domicilio. Dos minutos más tarde, desde el servicio de ayuda en el hogar llaman a Servicios Sociales del Ayuntamiento para comunicar lo sucedido y a las 8:38 una de las coordinadoras del servicio de ayuda a domicilio envía un correo electrónico a la responsable de la empresa comunicando la renuncia de Teresa. A las 08:58, las coordinadoras reciben el correo de respuesta con el procedimiento a seguir para la renuncia del servicio y envían un mensaje a la empleada a las 09:22 para preguntarle si ha acudido al domicilio. Según el documento, ese mensaje es eliminado al comprobarse que ha fichado a las 09:01, pero aún así ella responde un minuto más tarde; una conversación que adjunta el informe. Aralia comunicó a la empleada el procedimiento de renuncia, pero ella señaló que dará quince días de margen para buscar a otra compañera y que tendrían que ver cómo se gestiona en ese tiempo el servicio para que su trabajo no se vea entorpecido. Ese es el último mensaje de la víctima, ya que a las 12:21 reciben una llamada de otra usuaria de la trabajadora (a la que atendía de 10:11 a 12:15) en la que comunica que no se había presentado. Desde la coordinación del servicio llaman a Teresa, entre las 12:23 y las 12:36 pero ya no responde y le envían mensajes escritos para saber si está bien. A las 12:42 la Guardia Civil les informa del fatal desenlace. Problemas del presunto asesino Según el informe, a las 09:43 del martes, la empresa de ayuda a domicilio recibió la llamada del yerno de la usuaria, que les comentó que su suegro no estaba bien psicológicamente y que estaban pendientes de una cita con neurología. El yerno explicó que iban a hablar esa misma tarde del martes con el hombre para que este no estuviera en el domicilio en las franjas horarias de la trabajadora. Además, reveló que no era la primera vez que le indicaban que saliera a pasear cuando ella estuviera en el domicilio, ya que le ponía «muy nervioso»; una información que hasta ese momento las coordinadoras desconocían, según el documento.
