Zaragoza, 23 may (EFE).- La Agencia Espacial Europea (ESA) dirigirá los primeros pasos de su misión espacial ‘Arrakihs’, destinada a la recopilación de datos para la investigación de la materia oscura, en el Observatorio Astrofísico de Javalambre (OAJ), en Teruel, desde donde contemplará su comportamiento gracias a la réplica de una cámara binocular que lanzarán en 2030.

La cámara binocular que utilizará la ESA es esta misión, la primera liderada desde España, ha sido desarrollada por la empresa nacional Satlantis y ya comienza a obtener sus primeras imágenes.

Por un lado, se comprobará si el demostrador alcanza la profundidad y calidad de imágenes requeridas para su puesta en marcha “real” y, por otro lado, se validarán las estrategias de análisis para optimizar los parámetros de la misión antes de su lanzamiento.
“Se trata de estar lo más preparados posible y, a la vez, reducir cualquier incertidumbre. Nos permitirá realizar un estudio de viabilidad de algunos aspectos críticos de la misión”, ha expresado Antonio Marín-Franch, investigador responsable del OAJ y miembro del equipo de dirección de Arrakihs.
La misión captará información de un centenar de galaxias similares a la Vía Láctea y, en su fase primeriza turolense, se enfocará en varios de estos cuerpos celestes con una fijación de hasta cien horas por objeto. Tras su lanzamiento, el demostrador de tierra seguirá apoyando al instrumento lanzado al espacio con las observaciones llevadas a cabo desde Javalambre.
A nivel técnico, la cámara adquirida por el observatorio cuenta con dos telescopios y un generador de imágenes multibanda en el rango visible y en el infrarrojo cercano (este último adaptado para operar en suelo firme), lo que implica lograr un alto detalle de las galaxias observadas. El observatorio aragonés se convierte así en una pieza clave para este proyecto de unos tres años de duración en la que se contemplarán estructuras muy tenues para comprender mejor cómo se forman galaxias como la nuestra.
El reto de Arrakihs es, por tanto, lograr esas imágenes con niveles muy bajos de brillo superficial, algo que logrará cuando lance al espacio, en 2030, un minisatélite que incorpore el modelo de cámara testeado en Javalambre en una órbita de entre 650 y 800 kilómetros desde la Tierra.
Un reto liderado desde el Instituto de Física de Cantabria (IFCA) y cofinanciado por la Unión Europea, en colaboración con la empresa Satlantis, pero en el que Javalambre jugará un papel fundamental para el futuro de la aeronáutica internacional.