Málaga, 15 sep (EFE).- El equipo español de la Copa Davis demostró ser mucho más que Carlos Alcaraz, el gran ausente de una serie ante Dinamarca en Marbella (3-2) que será recordada para siempre por la remontada que lideró el valenciano Pedro Martínez, ayudó el balear Jaume Munar y cerró el asturiano Pablo Carreño cuando todo parecía perdido.
Nunca había ocurrido para el equipo erspañol desde que debutara en la competición en 1921. Más de cien años de historia, seis Ensaladeras en el palmarés, pero hasta este 14 de septiembre de 2025, España no había logrado voltear una eliminatoria que empezaba perdiendo 0-2.
Las victorias de Holger Rune ante Carreño (5-7 y 3-6) en el primer punto y Elmer Moller, con remontada incluida, a Jaume Munar en el segundo (6-2, 1-6, 4-6) dejaron un poso lógico de pesimismo hacia el equipo español, que debía creer en el milagro sin su estrella Carlos Alcaraz, sin su mejor baza en el dobles, Marcel Granollers, y sin el malagueño Alejandro Davidovich, top 20 del mundo.
“Esto es deporte y hay que levantarse”, decía el sábado tras la debacle el capitán, David Ferrer, que pondría como ejemplo al propio rival, Dinamarca, que en la primera ronda clasificatoria también iba 0-2 perdiendo contra Serbia y pudo remontarlo. “¿Por qué no nosotros?”, se atrevió a conjurar.
El domingo no empezó con motivos para creer, más bien lo contrario. España parecía noqueada cuando Jaume Munar y Pedro Martínez empezaron nerviosos y cedieron el primer set del dobles por un contundente 1-6. En esto del tenis, sin embargo, siempre puede haber un volantazo que lo cambie todo, a veces sin demasiada explicación lógica.
El valenciano y el mallorquín acabaron dándole la vuelta a la situación y superaron a los daneses August Holmgren y Johannes Ingildsen (1-6, 6-3 y 6-2). Entonces, llegó la decisión que lo marcó todo: Ferrer decidió cambiar a última hora a Munar, su número uno, por un Pedro Martínez al que vio mejor para ganar a Holger Rune porque “podía hacerle más daño” por “cómo bota la bola” en tierra batida.
La Davis es una competición emocional y, a veces, más de sensaciones que de pura táctica, así que Martínez asumió el reto, jugó con alma, consistencia, fuerza mental y momentos de una calidad mayor al de su clasificación ATP (67º) para doblegar al mejor danés en pista, como ya hizo en Róterdam, aunque en pista dura, este mismo año, con un 6-4 y 6-1.
Rune, un chico de 22 años que es puro talento, fue mentalmente frágil y no acompañó sus golpes de regularidad. Se encaró con la afición local española, de la que después dijo que “tienen menos respeto”, recibió un ‘warning’ por lanzar una bola al cielo fruto de un enfado, perdonó una bola de partido y lo paró por molestias en el gemelo en un momento clave.
En la tormenta, salió indemne Pedro Martínez, el gran héroe de la jornada. Ganó en el dobles junto a Munar, sobrevivió al vendaval del número 11 del mundo en tres sets del mejor partido de la eliminatoria, aguantando un ‘match ball’ para mayor mérito (6-1, 4-6 y 7-6) y despejó la gesta para que la rematara Pablo Carreño.
“He estado más nervioso viendo el partido de Pedro contra Rune por la tele que jugando yo después”, resumió el tenista de Gijón una vez escrita la historia. Jugó y ganó desde la tranquilidad a un Elmer Moller superado de principio a fin (6-2 y 6-3).
“En el partido de Pablo Carreño estaba más tranquilo porque sabía que iba a jugar bien. Aunque hubieran ido a un tercer set, tenía fe ciega en él”, apuntaba Ferrer sobre el quinto punto. Una confianza plena en su equipo que ellos devolvieron con victorias.
España sacó adelante la clasificación de la manera más compleja, sin dependencia del mejor tenista del mundo, Carlos Alcaraz, que decidió descansar después de conquistar Nueva York. El doblista Marcel Granollers, también campeón en el Abierto de Estados Unidos en su disciplina, fue baja por lesión y Alejandro Davidovich, por cansancio por el exigente calendario.
Del 18 al 23 noviembre, España disputará las finales de la Copa Davis en Bolonia junto a Alemania, Francia, República Checa, Argentina, Austria, Bélgica e Italia, la vigente campeona liderada por Jannik Sinner, el gran rival de Carlitos en los últimos dos años en la cúspide del tenis.
Allí, en Bolonia (Italia), seguramente, y si ninguna lesión lo impide, ya estará Alcaraz al servicio de Ferrer. Pero que nadie olvide que los héroes inesperados que lo llevaron hasta allí fueron los que protagonizaron la epopeya de Puente Romano.
Alberto Fuentes