La exclusión residencial afecta a más de 8,5 millones de personas en España

Imagen de archivo de una piscina hinchable en una de las infraviviendas del poblado de la Cañada Real, en Madrid. EFE/ Federico Segarra

Madrid, 5 jun (EFE).- La exclusión residencial afecta a más de 8,5 millones de personas, casi un 18 % de la población española, una cifra que incluye a quienes viven en la calle o en recursos públicos de forma temporal, pero también a quienes lo hacen en infraviviendas, hogares precarios o viviendas inseguras para su desarrollo personal y social.

Son datos del Observatorio del Alquiler, de la Fundación Alquiler Seguro y la Universidad Rey Juan Carlos, elaborado con la aportación de la empresa social tuTECHÔ, que agrupa a grandes empresas y patrimonios, dedicada a comprar viviendas para alquilarlas a precios bajos a entidades sociales.

El análisis ‘La exclusión residencial: una visión ampliada del fenómeno del sinhogarismo’ destaca que por cada persona durmiendo en la calle o en un albergue hay centenares de personas, incluyendo muchas familias y niños, en viviendas inseguras e inadecuadas.

Estima que alrededor de 3,7 millones de personas en España viven en una vivienda insegura, sin gozar del régimen de tenencia o bajo la amenaza de desalojo; y unos 4,8 millones más lo hacen en un hogar inadecuado, ya sea por problemas de habitabilidad, chabolismo o hacinamiento masivo.

Más mujeres, familias y jóvenes extranjeros sin un hogar seguro

El observatorio alerta del crecimiento del número de mujeres en situación de sinhogarismo -han pasado del 19,7 % al 23,3 % en una década-, aunque se les vea menos durmiendo en la calle por los mayores riesgos que enfrentan, como la violencia sexual o las agresiones.

De hecho, un 21 % ha sufrido ataques físicos o sexuales, recoge el informe, por lo que muchas optan por soluciones precarias antes que dormir al raso, como viviendas inseguras.

La mitad de las personas sin hogar tienen menos de 45 años, con mayor presencia joven entre los extranjeros (el 68 % de los que tienen menos de 45 años lo son y se eleva al 83 % en los menores de 30 años).

Aunque no es habitual ver a familias viviendo en la calle, decenas de miles se ven afectadas por las formas ocultas de sinhogarismo y de exclusión residencial, hacinadas en casas de conocidos, en locales no habilitados u optando a ocupaciones «patera» antes que verse a la intemperie.

La forma más extendida de infravivienda es el hacinamiento severo, que afecta a 4,1 millones de personas, un 8,7 %, señala la investigación.

La gran mayoría de personas sin hogar no cuenta con redes de apoyo familiar: el 88,7 % de quienes viven en la calle están solteros y no conviven con sus hijos, en el caso de tenerlos.

El alquiler social, como solución

El observatorio urge medidas y políticas públicas eficaces que promuevan la inclusión social y garanticen el derecho a una vivienda digna para todos los ciudadanos.

Destaca que el alquiler social puede ser la llave para el acceso a una vivienda para la población más vulnerable, aunque expone que el escaso parque inmobiliario de titularidad pública dificulta la puesta en marcha de medidas útiles que puedan suponer una solución a largo plazo.

Según cifras del Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana, la vivienda social representa en torno al 3,3 % del parque inmobiliario, por debajo de la media europea, que ronda el 8 %, concluye el informe.