Redacción Asia, 2 jul (EFE).- La cumbre de los BRICS en Río de Janeiro se celebra cuando el grupo de once miembros busca expandirse, como pretende China, para ampliar su influencia en el Sur Global y hacer frente a bloques occidentales, con Indonesia como último país en unirse y otros como Vietnam o Tailandia con estatus de asociados.
La reunión los próximos 6 y 7 de julio estará marcada por la ausencia del presidente de China, Xi Jinping, según confirmó este miércoles el ministerio de Exteriores chino, que anunció que será el primer ministro, Li Qiang, quien acuda en su lugar, sin ofrecer más explicaciones.
El bloque, dijo no obstante hoy la portavoz de Exteriores, Mao Ning, es «la principal plataforma de solidaridad y cooperación entre los países con economías emergentes».
Su ausencia se suma a la del ruso, Vladímir Putin, quien enviará al ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, por temor a ser arrestado por orden de la Corte Penal Internacional (CPI) por presuntos crímenes de guerra en Ucrania.
Sí irá el primer ministro indio, Narendra Modi, quien inició hoy una gira que le llevará antes de Brasil a varios países de África y América del Sur.
En el caso de China, será la primera vez desde que llegó al poder en 2013 que Xi se ausenta de una cumbre de los BRICS, en las que ha participado o en persona o por videoconferencia en la pandemia de covid-19.
La decisión choca con el afán del Gobierno de Xi de expandir el grupo de economías emergentes, que busca convertirse en un poderoso contrapeso de Occidente en la política y el comercio mundiales, y fue fundado en 2006 bajo el acrónimo BRIC con Brasil, Rusia, India y China como primeros miembros.
Sudáfrica se adhirió al grupo en 2010, lo cual dio lugar a la primera expansión y añadió la letra ‘S’ al nombre del conjunto.
Con un tercio de la economía mundial, el bloque es visto como un instrumento de China para proyectar su influencia y poder, utilizándolo también como una plataforma ligada a su Nueva Ruta de la Seda, el programa estrella de inversión en infraestructura de Pekín.
Fue en la cumbre de octubre del año pasado en la ciudad rusa de Kazán, a la que sí asistió Xi, cuando se aprobó la ampliación de los BRICS a diez miembros, con la inclusión de Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos.
En el mismo encuentro en Rusia se anunció la creación de la condición de Estado asociado para aquellos países que son invitados a las reuniones, pero sin derecho a voto (Bielorrusia, Bolivia, Cuba, Kazajistán, Malasia, Nigeria, Tailandia, Uganda, Uzbekistán y Vietnam).
Más peticiones
En enero de 2025 los miembros del grupo ascendieron a once con la adhesión de Indonesia, la mayor economía del Sudeste Asiático, el cuarto país más poblado del planeta y la nación con la mayor población musulmana del mundo.
Tras la expansión, el director del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Shanghái, Jiang Shixue, explicó a la prensa local que China lleva realizando esfuerzos por ampliar el grupo desde 2017, con el objetivo de extender el «círculo de amigos» del conjunto ante «los crecientes ataques de los países desarrollados liderados por Estados Unidos».
La inclusión de Indonesia, el primer y único país de la región en unirse con plenos derechos al grupo, proyecta que los BRICS abarquen el 41 % del producto interior bruto (PIB) global este año.
En comparación, las naciones que forman el G7, las siete principales economías del mundo -Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Reino Unido-, acumulan el 31,6 %.
Según el bloque de economías emergentes, más de 30 países expresaron a lo largo de 2024 interés en participar en los BRICS como miembros o socios, entre ellos Laos.
Brasil, que anunció la adhesión de Indonesia, dijo que el país comparte con otros miembros del conjunto el apoyo a la reforma de las instituciones de gobernanza global y contribuye a la expansión de la cooperación del Sur Global.
La cumbre en Río será la primera en la que el presidente indonesio, el exgeneral Prabowo Subianto, represente al país como miembro de pleno derecho.
El encuentro en Brasil se produce cuando países de la región negocian aranceles con el Gobierno de Donald Trump en Estados Unidos, que fue especialmente agresivo con el Sudeste Asiático, al que acusa de ejercer de punto de transbordo de productos chinos.
Vietnam, una de las economías más robustas de Asia, así como Indonesia o Malasia, buscan nuevos socios después de que Washington anunciara, respectivamente, gravámenes del 46 %, el 32 % y el 36 % sobre sus importaciones, de momento suspendidos.