La Expo de Osaka abrirá sus puertas este domingo con una propuesta nostálgica y moderna

El emperador Naruhito y la emperatriz Masako durante la ceremonia de inauguración de la Exposición Universal de la ciudad japonesa de Osaka, 12 April 2025. (Japón) EFE/EPA/JIA HAOCHENG/ POOL

Osaka (Japón), 12 abr (EFE).- La Exposición Universal de Osaka se prepara para abrir sus puertas al público este domingo bajo el lema ‘Diseñando la Sociedad del Futuro para Nuestras Vidas’, y con guiños a la tradición nipona y al evento similar que acogió esta misma ciudad en 1970.

La Expo se celebrará entre el 13 de abril y el 13 de octubre de 2025 en Yumeshima, una isla artificial erigida en la bahía occidental de la ciudad, y cuenta con la participación de 158 países y siete organizaciones internacionales.

El evento ofrecerá una muestra de ciencias y tecnologías de vanguardia, como coches voladores, robots controlados de forma remota, energías limpias o un corazón artificial creado con células pluripotentes inducidas, así como una mirada a la tradición de Japón y a las culturas de todos los países participantes.

Entre la nostalgia y el futuro

A modo de aperitivo del evento, este sábado se celebró una ceremonia de inauguración en el auditorio de la Expo, bautizado ‘Sombrero Luminoso’ por su diseño, y con la asistencia de autoridades niponas y representantes diplomáticos de todos los países participantes.

El espectáculo fusionó sobre un escenario móvil danza contemporánea, teatro kabuki, acrobacias y ‘taiko’ o percusión japonesa, todo ello a ritmo de música hip-hop, pop y electrónica de artistas locales y de piezas clásicas interpretadas por la Orquesta Filarmónica de Osaka, y bajo luces e imágenes proyectadas sobre las paredes de tela colgante que forman la bóveda auditorio.

El diseño del auditorio, una de las estructuras más icónicas de la Expo junto al Grand Ring (un anillo gigante de madera que rodea al núcleo del recinto), homenajea a la Torre del Sol de la Expo de 1970, el símbolo de aquella exposición previa que aún sigue en pie en la ciudad de la región de Kansai.

Tanto el primer ministro nipón, Shigeru Ishiba, como el emperador de Japón, Naruhito, y el gobernador de Osaka, Hirofumi Yoshimura, hicieron referencia en sus discursos inaugurales a la Expo de Osaka de 1970, aún viva en la memoria colectiva npor el éxito que supuso y por proyectar la imagen de un Japón pujante en tecnología, economía o cultura.

“Aquella Expo mostró un Japón nuevo, abierto al mundo”, destacó Ishiba, quien señaló que el evento que arrancará este domingo aspira a “celebrar la vida y celebrar el encuentro entre diferentes países y culturas”, en un momento marcado por los varios conflictos en el mundo y tras la crisis sanitaria global del coronavirus.

Inyección económica y poco entusiasmo entre la población

Se espera que la Expo atraiga a unos 28 millones de personas, entre ellas 3,5 millones de extranjeros, según datos de la organización, mientras que varios estudios estiman su impacto económico total entre 2 y 2,9 billones de yenes (entre 12.270 y 17.600 millones de euros).

Esto supone una importante inyección de dinero para la cuarta economía mundial, lastrada por un consumo doméstico renqueante debido a la aceleración de la inflación, a lo que se suma el impacto significativo que se teme conlleve la guerra comercial iniciada por el presidente estadounidense, Donald Trump.

Sin embargo, el evento ha generado hasta el momento un interés modesto entre la población nipona y llega tras una serie de noticias negativas como los sobrecostes que acarreará organizarlo o los retrasos en la construcción de algunos pabellones nacionales.

El coste de la Expo se estimó inicialmente en 125.000 millones de yenes (770 millones de euros), pero debido a cambios en el diseño del citado Grand Ring, y al encarecimiento de las materias primas, se ha elevado a casi el doble de esa cantidad, que será asumida por las autoridades nacionales, regionales y locales, con el apoyo del sector privado.

Asimismo, las ventas anticipadas de entradas, que debían cubrir gran parte de los costes operacionales, alcanzarán unos 11 millones de entradas, lejos del objetivo de 14 millones que se había fijado la organización.

Una encuesta llevada a cabo el pasado mes por la agencia local Jiji reflejaba que solo el 22 % de los consultados querían visitar la Expo, frente a un 65 % que no pensaba hacerlo.

Otro motivo de este escepticismo entre la población local es la percepción negativa del sobreturismo en el país asiático, que recibió en 2024 un volumen récord de más de 36 millones de turistas extranjeros, quienes gastaron más de 8 billones de yenes (unos 49.500 millones de euros), impulsados en parte por el abaratamiento del yen.

por Antonio Hermosín Gandul