Tokio, 24 jun (EFE).- La empresa aeroespacial japonesa ispace afirmó este martes que su alunizaje fallido a comienzos de mes se debió a una anomalía en su altímetro, y anunció sus planes para intentar de nuevo enviar una sonda a la luna en 2027.
La empresa con sede en Tokio anunció hoy los resultados de análisis sobre la causa del aparente choque de su módulo lunar, Resilience, el pasado día 6. De haber tenido éxito, esa misión habría convertido a ispace en la primera empresa privada de Asia en lograr un aterrizaje en la luna.
Su primer intento de aterrizaje en 2023 con una nave diferente también fue infructuoso.
Resilience comenzó su descenso poco después de las 3:00 a.m., hora de Japón, el pasado 6 de junio, pero un dispositivo que utiliza un láser para medir la distancia entre la nave y la superficie lunar no comenzó a funcionar a tiempo, según explicaron en rueda de prensa los responsables de ispace.
El denominado Láser de Medición de Distancia (Laser Range Finder) debía estar operativo a una altitud de 3 kilómetros, pero no comenzó a tomar mediciones hasta una altitud de aproximadamente 1 km.
Resilience no pudo desacelerar a la velocidad necesaria para el aterrizaje lunar y descendió hasta una altitud de 192 metros a una velocidad de unos 150 km por hora, momento en el cual se perdieron los datos del vuelo. Se cree que el módulo lunar impactó aproximadamente a 370 metros al sureste de su objetivo de aterrizaje a las 4:15 a.m.
La empresa considera que el altímetro no funcionó como se esperaba o se deterioró durante el vuelo. En cambio, no hubo problemas con la conexión entre el sensor de altitud y el sistema de vuelo, que fue la causa del fracaso anterior en 2023.
La compañía dijo que trabajará en medidas correctivas con expertos externos y buscará mejorar sus capacidades técnicas con la cooperación de la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA).
Se espera que los costos de desarrollo aumenten hasta 1.500 millones de yenes (unos 10,3 millones de dólares) debido, entre otras cosas, a la reelección de sensores de aterrizaje, como los Láseres de Medición de Distancia, y la revisión de los planes de prueba.
«Es muy frustrante», dijo el CEO de ispace, Takeshi Hakamada, en la comparecencia ante los medios. «Avanzaremos hacia la siguiente misión sin detenernos», añadió.
El módulo Resilience tenía previsto alunizar en la planicie Mare Frigoris, en el hemisferio norte de la Luna, y llevaba en su interior el microrrover Tenacious, diseñado, fabricado y ensamblado en Europa por la filial luxemburguesa de ispace, para explotar la superficie circundante.
Además del pequeño rover, el módulo portaba otras cargas útiles científicas como un dispositivo de electrólisis para separar el agua en hidrógeno y oxígeno por primera vez en la Luna, un experimento para la producción de alimentos o una sonda de radiación en el espacio profundo.
La japonesa ispace había intentado ya, sin éxito, convertirse en la primera compañía japonesa y asiática en descender a la luna. Hasta ahora las únicas empresas privadas en lograrlo han sido las estadounidenses Intuitive Machine, con su módulo Odysseus en febrero de 2024 y Firefly Aerospace, con Blue Ghost el pasado mes de marzo.