Madrid, 5 sep (EFE).- La Fiscalía General del Estado ha alertado de la «excesiva crispación y polarización» de los discursos políticos, con «graves descalificaciones al adversario» que están generando «una innecesaria tensión» que se traslada a la sociedad y que, además, constituyen un «caldo de cultivo» para la violencia en las calles.
Así de rotunda se muestra la Fiscalía en su Memoria de 2024, donde hace esta reflexión a colación del capítulo dedicado a los delitos de odio y discriminación y donde asegura que observa «con preocupación un año más esa «excesiva crispación y polarización» de nuestros políticos.
Discursos políticos que a modo de ver de la Fiscalía generan «una innecesaria tensión que se traslada inevitablemente a la sociedad y que constituyen lamentablemente el caldo de cultivo adecuado para la comisión de comportamientos intolerantes y en ocasiones violentos en nuestras calles».
Y si algo preocupa también al Ministerio Público es la proliferación de discursos «especialmente reprobables» dirigidos contra un sector «extremadamente vulnerable», como son los menores extranjeros sin referentes familiares, «criminalizándoles en ocasiones y particularmente difundiendo maliciosamente respecto de ellos noticias falsas o ‘fake news'».
En esos discursos la Fiscalía observa un ánimo de «denigrar» a esos menores, «asociándolos de forma generalizada con actos incívicos o violentos, desacreditándolos con ello».
Va más allá la Memoria de la Fiscalía y dice que esa asociación que hacen algunos entre menores migrantes y delincuencia contribuye a «despertar o aumentar entre la población los prejuicios y estereotipos contra este colectivo de personas, especialmente vulnerables, con el consiguiente riesgo de generar sentimientos de rechazo y hostilidad social frente a ellos».
Por todo ello, la Fiscalía ve «imperioso» rebajar la agresividad verbal y recuperar «la adecuada serenidad que ha caracterizado siempre el debate político en la democracia española», sin que se tenga que renunciar a la legitima discrepancia en el ejercicio de los principios y derechos constitucionales, como el pluralismo político, la libertad ideológica o la de expresión.
Los migrantes no siempre denuncian los ataques xenófobos o racistas de los que son objeto y menos aún si están en situación irregular: muchos no acuden a Comisaría por temor a ser expulsados.
Para vencer ese miedo, la Fiscalía propone reformar la Ley de Extranjería para que se pueda conceder un permiso temporal de residencia a los migrantes en situación irregular que denuncien delitos de odio y discriminación, así como otros ilícitos graves, como homicidios y lesiones.
Un 10 por ciento más de sentencias por delitos de odio
La Memoria analiza las sentencias relacionadas con los delitos de odio y la discriminación y subraya que en 2014 se han incrementado un 10 por ciento respecto al año anterior.
El racismo y la xenofobia es el primer motivo de discriminación, con un aumento también del 10 por ciento, por delante de orientación sexual e identidad de género, que crece notablemente, en concreto un 22 por ciento.
Resalta asimismo que en 129 de las 173 sentencias, por tanto su inmensa mayoría, el fallo ha sido condenatorio, «dato que refleja el éxito de las acusaciones que se están formulando por los fiscales al acogerse por los juzgados y tribunales sus pretensiones acusatorias, un resultado positivo derivado de la progresiva especialización del Ministerio Fiscal».
Por otro lado, atribuye esos datos a la «progresiva mejora cualitativa» de los atestados confeccionados por las fuerzas y cuerpos de seguridad, debido a la incorporación en esos escritos de las pautas establecidas en sus protocolos y a la formación que se está impartiendo en los últimos años a los agentes.
Delitos racistas también en el fútbol base
La Fiscalía advierte que en 2024 se han seguido produciendo discursos de contenido racista, xenófobo y homófobo en el ámbito deportivo dirigidas en especial contra jugadores de fútbol.
Ante ellos, la Memoria destaca los avances en la persecución penal de los insultos racistas cuando tienen un componente de humillación pública.
Los insultos -añade- pueden tener encaje en el artículo del Código Penal referido al delito contra la integridad moral, al que le sería de aplicación la agravante genérica de discriminación.
Ya hay sentencias en ese sentido, en las que las víctimas eran conocidos jugadores de fútbol de primera división, pero la Fiscalía quiere que esto mismo se traslade a los delitos de motivación racista cometidos en espectáculos deportivos de fútbol base, donde este tipo de hechos «es también frecuente».
La Fiscalía pone especial énfasis en la «deficiente regulación» del Código Penal para afrontar este fenómeno, ya que obliga a los fiscales a calificar este tipo de hechos como delito contra la integridad moral con agravante de discriminación racista porque es la única posibilidad de imponer penas de prohibición de acceso a los estadios.
Por ello, considera necesaria una reforma legislativa en este sentido que permitan incluir este tipo de delitos en el artículo 57 del Código Penal, por el que es posible solicitar y acordar penas de prohibición y acercamiento.
Auge de las bandas juveniles violentas, también en los pueblos
Ya en otro capitulo de la Memoria, la Fiscalía expresa su preocupación por el «auge» de todo tipo de grupos y bandas juveniles violentas y de carácter identitario que «están proliferando» no sólo en las grandes ciudades, sino también en núcleos poblacionales medianos y pequeños.
Los han constatado las secciones de Menores de las fiscalías de Madrid, Zaragoza, Valladolid y Toledo, más afectadas por esta problemática.
Ante esta situación, han trasmitido a la Fiscalía General del Estado que resulta «imprescindible» abordar el problema mediante la adopción de medidas educativas para que los infractores «alcancen un nivel mínimo de madurez y autogestión personal que les alejen de influencias marginales».
Para ello, es necesaria una intervención temprana y multidisciplinar «tendente a que no se perciba la violencia como una forma de vida normal en esos sectores juveniles», concluye la Memoria.