Manila, 30 may (EFE).- Rose descendió a una alcantarilla de Makati, distrito financiero de la capital filipina, y al emerger su vida dio un giro dramático: su fotografía saliendo de la cloaca, desaliñada en medio del tráfico urbano, se hizo viral, haciendo que las autoridades la buscaran para asistirla financieramente.
El extraño incidente sucedió el lunes, cuando el fotógrafo aficionado William Roberts publicó en Instagram y Reddit varias imágenes de la mujer, por aquel momento todavía anónima.
El fotógrafo pasaba simplemente por allí, dijo, cuando vio a una mujer saliendo por la angosta apertura de una alcantarilla, y comenzó a disparar su cámara sin pararse a pensar.
“¿Gente topo?”, inquirió Roberts en sus publicaciones, insinuando que la protagonista podría ser una indigente viviendo en los desagües de la metrópolis filipina.
Una hipótesis considerada en un primer momento por las autoridades, que encontraron varias herramientas en el interior de la alcantarilla antes de sellar su boca, pero sin fundamento. En una publicación posterior, tras el revuelo causado, el fotógrafo reconocería arrepentirse de haber utilizado esa expresión.
La incógnita fue despejada hoy por el Departamento de Bienestar Social y Desarrollo filipino en un comunicado: “Rose, que recoge basura reciclable y se gana la vida vendiéndola, fue a parar al alcantarillado después de que una pequeña cuchilla de corte que utiliza para su recogida diaria cayera al desagüe”.
Dinero para abrir una tienda
Tampoco vive en las alcantarillas , explicó en declaraciones al organismo filipino, aunque sí se vio obligada a dormir a la intemperie durante un año en Makati, hasta que consiguió reunir dinero para alquilar una vivienda.
Después de que la historia se hiciera viral en las redes sociales y fuese cubierta por la prensa nacional, y de que Roberts lamentase haber utilizado la expresión ‘mole people’ (‘gente topo’), el organismo prometió que la vida de Rose cambiaría para mejor.
“Rose dijo que soñaba con tener una tienda, y tras la evaluación de nuestros trabajadores sociales, creemos que ella puede hacerlo”, dijo el secretario de Bienestar y Desarrollo, Rex Gatchalian, en un comunicado.
Así, la mujer recibirá 80.000 pesos (unos 1.434 dólares) para abrir un ‘sari-sari’, como se conoce a las tiendas de productos básicos de alimentación y limpieza en Filipinas.
Se trata de una suma considerable en un país en el que sus habitantes ganaban una media de 18.423 pesos (unos 330 dólares) mensuales en 2022, según los datos más recientes de la Autoridad de Estadísticas de Filipinas, y en el que en torno a 17,5 millones de ciudadanos carecían en 2023 de ingresos suficientes para cubrir sus necesidades básicas.
Una situación de desamparo que es particularmente visible en las calles de la capital, donde se estima que en torno a un tercio de sus casi 15 millones de habitantes viven en barrios chabolistas o en la calle.
