Múnich/París, 30 may (EFE).- PSG o Inter de Milán. Luis Enrique o Lautaro Martínez. Dos estrellas, líderes de dos equipos que persiguen un éxito que merecen. El técnico español visualiza la primera ‘orejona’ de la historia de su club y de Catar. El delantero argentino roza el sueño de levantar el gran título a nivel de clubes. Solo uno de ellos podrá salir victorioso este sábado en el Allianz Arena de Múnich.
La palabra ‘Historia’, así, con mayúsculas, es la que más resuena estos días en el Parque de los Príncipes. Empezando por Luis Enrique, que la acaricia con la ambición que siempre arrastra el técnico español, perfectamente acoplado a las exigencias de un club casi refundado por Catar para escribir una nueva página de sus anales.
Pero a diferencia de lo que sucedió en 2020, cuando Thomas Tuchel condujo al equipo a una final a puerta cerrada en Lisboa y en un formato casi burocrático para superar los años de covid, que acabó cayendo ante el Bayern de Múnich, ahora la palabra ‘Historia’, así, con mayúsculas, pesa menos, dotada por el entrenador de la ligereza que otorga la confianza.
El PSG comparece armado hasta los dientes en Múnich -estadio que siempre deparó un nuevo campeón- con un equipo bien engrasado, una filosofía de juego que ha impregnado hasta los huesos cada estamento del club y una trayectoria que no tiene como punto culminante la Liga de Campeones.
La armada de ‘Lucho’ es joven y prometedora. Y gane o pierda contra el Inter, la ‘Historia’ continuará. Apagados los focos habrá otras páginas para estos jugadores y este técnico.
Con ese horizonte afrontan el camino a la final, sin altibajos, sin tensiones, sin el nerviosismo habitual que suele rodear los días previos a los duelos con mayúsculas.
Ese es el gran arma de Luis Enrique, un equipo determinado a aplicar al pie de la letra el credo que desde que empezó 2025 ha maravillado al mundo. Su asfixiante presión y su desbordante poderío físico han llevado a hasta 18 jugadores a crear lo más parecido a un fútbol total en el actual escaparate futbolístico.
Ninguna pieza le falta al entrenador español para buscar la primera ‘Champions’ del club francés, lo que denota una gestión del juego milimétrica que desde el primer día tenía esta final en el punto de mira.
El año pasado se quedó en el escalón previo y ahora, con un equipo más conjuntado que en escasas ocasiones ha lamentado la ausencia de Kylian Mbappé, no se ven fisuras en el plan del entrenador.
Es un equipo en el que, más allá de la del técnico, no asoma ninguna cabeza, ni siquiera la de su reinventado delantero Ousmane Dembélé, para quien el club no ha hecho campaña por el Balón de Oro. Tiempo habrá si finalmente se traen la copa de Alemania.
La única duda del técnico reside en la tercera punta de su tridente. Seguros Dembélé y Kvicha Kvaratskhelia, Bradley Barcola parece haber conseguido cierta ventaja sobre Desiré Doué, por su buena actuación en la final de la Copa de Francia del pasado sábado.
El resto del once puede recitarlo de memoria todo aficionado del PSG, que sueña con ver, al fin, a su equipo en la cumbre del fútbol europeo, y los propietarios cataríes que lo han regado de millones desde 2012.
Tendrá que superar, eso sí, a todo un Inter. Un proyecto que, a diferencia del PSG, no fue concebido para ganar la ‘Champions’. Por presupuesto, por pasado reciente. Pero con su excelsa prestación esos últimos años se ha ganado el derecho total y absoluto a sentirse protagonista en Europa. A soñar con la cuarta ‘orejona’ de su palmarés, esa que falta desde 2010 y que se le escapó de entre los dedos en 2023, cuando perdió ante el Manchester City.
Esa es la gran espina que tiene clavada el combinado de Simone Inzaghi, un equipo creado a su imagen y semejanza. Compacto atrás. Vertiginoso en ataque. Con calidad en el centro del campo. Y con una idea de juego muy clara, conocida por todo un vestuario que rema en la misma dirección, que repite casi en su totalidad la experiencia de vivir una final de este nivel.
El líder, claro, es Lautaro. El de Bahía Blanca, capitán ‘nerazzurro’ desde hace dos temporadas, tiene una espina clavada en su carrera. Ha ganado casi todo lo que un futbolista puede ganar. El Mundial, la Copa América y la Finalísima con Argentina; la Serie A, la Copa Italia y la Supercopa italiana con el Inter.
Le falta solo triunfar a nivel continental con el club que lidera. Perdió la final de la Liga Europa 2019-2020, ante el Sevilla (3-2); y la final de la Liga de Campeones 2023, ante el Manchester City (1-0). Es su gran sueño. Y no está dispuesto a dejarlo escapar.
Llega en su mejor momento. Es historia viva del club al ser el máximo goleador del Inter en Liga de Campeones con 21 dianas y máximo goleador extranjero de la historia del club con otros 151.
Recuperado de la lesión que le impidió jugar al máximo en semifinales ante el Barcelona, comandará la ofensiva junto a Thuram, en un once de gala ‘nerazzurro’ que vestirá a Bastoni, Barella, Dumfries, Calhanoglu y compañía de amarillo.
La única duda reside en si, al menos uno entre Benjamin Pavard y Yan Bisseck, encargados de hacer de central diestro en línea de 3, podrán estar finalmente disponibles o será Matteo Darmian el encargado de ocupar esa posición. PSG o Inter. Luis Enrique o Lautaro. Solo podrá quedar uno. Múnich dictará sentencia.
— Alineaciones probables:
. PSG: Donnarumma; Hakimi, Marquinhos, Pacho, Nuno Mendes; Joao Neves, Vitinha, Fabián Ruiz; Barcola o Doué, Dembélé y Kvaratskhelia.
. Inter de Milán: Sommer; Pavard, Acerbi, Bastoni; Dumfries, Barella, Calhanoglu, Mkhitaryan, Dimarco; Thuram y Lautaro.
Árbitro: Istvan Kovacs (Rumanía).
Estadio: Allianz Arena de Múnich (Alemania)
Hora: 21.00 (19.00 GMT).