La Habana, sobre su relación con EEUU: «Cualquier alternativa a la actual es mejor»

Fotografia del viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Carlos Fernández de Cossío, durante una entrevista con EFE en La Habana (Cuba) en la que describe la actual relación de su país con Estados Unidos. EFE/ Ernesto Mastrascusa
La Habana, 18 jun (EFE).- Más sanciones, cero comunicación y nula coordinación. El viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba Carlos Fernández de Cossío describe en una entrevista exclusiva con EFE la actual relación de su país con Estados Unidos y asegura que «cualquier alternativa» a este panorama sería aparentemente «mejor». Desde la llegada de Marco Rubio a la Secretaría de Estado de EE. UU. de la mano del presidente Donald Trump a Cuba le han llovido sanciones: de la vuelta a la lista de patrocinadores del terrorismo a las medidas contra sus misiones médicas en el exterior, el veto a su principal empresa de gestión de remesas y la restricción de entrada en su territorio a sus nacionales.
Fotografia del viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Carlos Fernández de Cossío, durante una entrevista con EFE en La Habana (Cuba) en la que describe la actual relación de su país con Estados Unidos. EFE/ Ernesto Mastrascusa
«Las medidas evidentemente tienen daño», reconoce De Cossío, quien habla de «impacto» en la economía, la agricultura, la industria, el turismo, el sistema energético y la «vida cotidiana» de los cubanos.
Fotografia del viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Carlos Fernández de Cossío, durante una entrevista con EFE en La Habana (Cuba) en la que describe la actual relación de su país con Estados Unidos. EFE/ Ernesto Mastrascusa
Indica que el Gobierno cubano ya había previsto que una nueva Administración Trump pudiese imponer sanciones a Cuba y que incluso contemplan que otras más «son posibles», aunque las tratarán de «esquivar». «La historia ha demostrado que cada vez que (los sectores favorables a la línea dura contra La Habana) tienen un periodo como el actual, en el que creen que su meta de derrocar al Gobierno cubano y destruir a la revolución cubana está cerca, se apresuran a tomar medidas pretendiendo que es el paso que necesitan», señala. Acuerdos migratorios Sin embargo, el viceministro señala que por el momento La Habana tiene la impresión de que Washington tiene previsto seguir cumpliendo con los acuerdos bilaterales en materia de migración. El vuelo mensual con migrantes cubanos calificados por EE. UU. como «inadmisibles» sigue operando y Cuba -según De Cossío- tiene «la disposición de continuar aceptando esas devoluciones». Washington, por su parte, parece que este año va a cumplir con las 20.000 visas de no turistas para cubanos, según la información de la que dispone la Cancillería. Cuba, añade, seguirá cumpliendo con sus compromisos migratorios mientras tributen al «fin de los acuerdos»: una migración «regular, ordenada y segura». «El día que no, nosotros valoraremos entonces qué acción tomaremos», señala. Pese a esto, las reuniones semestrales que ayudan a la implementación de los acuerdos migratorios están en suspenso luego de que no se celebrase la que estaba prevista para primavera. «Estados Unidos hasta ahora quiere cumplir con los acuerdos, pero no está dispuesto a reunirse», dice De Cossío. Por su parte, la coordinación bilateral de la era Biden en materia de seguridad, lucha contra el terrorismo y la delincuencia internacional «se ha detenido prácticamente en términos absolutos» y apenas queda «cierto grado de intercambio, sobre todo de Cuba hacia Estados Unidos», indica el viceministro. De Cossío asegura que Cuba mantiene esa comunicación por «responsabilidad», no por «capricho» o «cálculo político», pero considera que «no existe voluntad política por parte del Gobierno de EE. UU.» para hacer lo propio. La falta de comunicación y coordinación, señala el viceministro, también afecta a las deportaciones de cubanos a terceros países (según medios, al menos dos cubanoamericanos fueron llevados a Sudan del Sur) y de las repercusiones de la decisión de Washington de revocar el parole humanitario (permiso temporal que concede Estados Unidos para que personas extranjeras entren al país por razones humanitarias) a unos 100.000 cubanos. Afirma que Washington no les ha contactado para ninguno de estos dos asuntos. «No existe ninguna coordinación. Esto es una decisión unilateral de un Gobierno que ha asumido el criterio de que ser fuerte es legítimo y que hacer uso -e incluso abuso- de la fuerza es legítimo», señala sobre la revocación del parole. A su juicio, Washington está tratando a los migrantes «como si no fueran ni siquiera seres humanos». Sobre la posibilidad de que Donald Trump quisiera en algún momento dar un giro de 180 grados a la situación bilateral, responde que La Habana puede «contemplar cualquier escenario» y que está dispuesta a una «relación respetuosa», incluso «de amistad», pese a las «diferencias». «Si a Estados Unidos y a los estadounidenses les resultara posible -como les resulta posible a latinoamericanos, africanos, asiáticos y europeos- relacionarse comercial y económicamente con Cuba, hacer dinero en Cuba, nosotros no tendríamos ningún inconveniente», expone. Preguntado sobre si el actual es el peor escenario, De Cossío responde: «Aparentemente cualquier alternativa a la actual es mejor». Misiones médicas Con respecto a las controvertidas misiones médicas cubanas, el viceministro subraya que «no se trata de trabajo forzado», frente a la acusación de EE. UU., sino de «cooperación médica» basada en «acuerdos bilaterales soberanamente firmados» entre La Habana y terceros países. A su juicio, Rubio las ataca con sanciones para «tratar de desprestigiar un aspecto de la política exterior solidaria de Cuba» y para «cortar ingresos que recibe el sistema de salud pública cubano». De Cossío argumenta que EE. UU. trata con «falacias» de imponer un «prejuicio» que pretende «poner una duda sobre la legitimidad» de estos programas cuando, asegura, son similares a algunos de Naciones Unidas. «El Gobierno de Estados Unidos, con una maquinaria respaldada por decenas de millones de dólares, ha logrado ubicar y generar este interrogante que rechazan los gobiernos que reciben (a las misiones médicas), que pretende poner como ilegítimo un programa que es absolutamente legítimo y que salva vidas», afirma. Interrogado sobre las denuncias de que a los médicos en misión se les retira el pasaporte, reconoce que «hay países donde, por decisión de la cooperación médica, se han agrupado los pasaportes», pero que «en la mayoría de los casos eso no sucede». Ante la opción de que los países anfitriones paguen directamente a los médicos, De Cossío prefiere no contestar: «Si yo respondo esa pregunta, parece que es ilegítimo lo que hace Cuba en los lugares donde no se paga directamente». Juan Palop