La Iglesia católica haitiana condena el secuestro de ocho personas en un orfanato

Fotografía de archivo de un grupo de feligreses católicos haitianos al orar en la iglesia Saint Antoine, luego de un secuestro masivo en Puerto Príncipe (Haití). EFE/Jean Marc Herve

Puerto Príncipe, 6 ago (EFE).- La archidiócesis de Puerto Príncipe condenó este miércoles «con vehemencia» el secuestro de ocho personas, entre ellas un niño y una misionera irlandesa, ocurrido el domingo pasado en el orfanato Sainte-Helene de Kenscoff, en la parte alta de Puerto Príncipe, calificándolo de «nuevo acto de barbarie» e «ignominioso».

Se trata de «una señal más, entre tantas otras, del colapso moral, del fracaso del Estado y de una sociedad que está perdiendo el sentido de la vida y la dignidad humana», señaló la archidiócesis en un comunicado, en el que afirma haber recibido la noticia con «profunda tristeza» y «gran indignación»·.

La institución llamó «a todos sus fieles, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, para que alcen la voz, se unan en la oración y realicen gestos concretos para rechazar este clima de deshumanización».

«Una vez más, los crímenes cometidos con un cinismo glacial dan testimonio del naufragio de la humanidad en nuestra sociedad, donde lo impensable se convierte en cotidiano», afirmó el mensaje.

«El crimen ya no conoce límites. Y ahora se están convirtiendo en blanco de ataques los lugares dedicados al cuidado, la educación, el refugio y la esperanza», prosiguió el comunicado.

Este secuestro «constituye un ataque a lo más noble que hay en una sociedad: el servicio desinteresado al prójimo, la inocencia de la infancia indefensa, la fe encarnada en obras de misericordia», apuntó la jerarquía de la Iglesia católica en la capital haitiana.

La archidiócesis capitalina invitó a las autoridades civiles, militares y policiales «a asumir sus responsabilidades, con el fin de garantizar la seguridad de todos y obtener la liberación inmediata de las personas secuestradas».

«No podemos construir el futuro de Haití sobre la sangre, la impunidad y el miedo. Ha llegado el momento de decir juntos: ¡basta! Y de actuar», se subrayó en el comunicado.

Por último, la institución eclesial dijo que «si dejamos que la indiferencia y las disputas internas nos insensibilicen ante el sufrimiento de las víctimas de todo tipo, nos convertiremos en cómplices de esta lenta pero segura destrucción del país».

Desde hace varios meses, Kenscoff es escenario de violentos enfrentamientos entre las fuerzas del orden y las bandas armadas, que no dejan de multiplicar sus ataques contra esta comuna a la que buscan controlar.

Entre abril y junio pasado se registraron en Haití al menos 185 secuestros, según un informe publicado por la Oficina Integrada de la ONU en el país (Binhu, por su sigla en francés), que calificó de «extremadamente preocupante» la situación de los derechos humanos en la isla, inmersa en una prolongada crisis socio-política que ha dejado miles de muertos y millones de desplazados.