Buenos Aires, 26 ago (EFE).- El estallido de un escándalo por corrupción en Argentina y los inciertos efectos para el oficialismo de cara a las elecciones legislativas han enervado a los mercados en el país suramericano, ya sobresaltado en las últimas semanas por una creciente volatilidad financiera.
El índice de riesgo país de Argentina se disparó este martes un 14,8 %, a 829 puntos básicos, su mayor nivel desde mediados de abril último, mientras que los títulos públicos y las acciones mostraban un comportamiento dispar y muy volátil, logrando a última hora de la rueda recuperar algo de terreno tras el fuerte castigo que sufrieron este lunes.
En el mercado cambiario oficial, el precio del dólar abrió la jornada en alza, aunque luego moderó la subida y cerró estable, en 1.370 pesos por unidad para la venta al público, en medio de nuevas medidas del Gobierno de Javier Milei para intentar contener la demanda de divisas.
Las tensiones en los mercados domésticos se suceden desde julio pasado, a partir de decisiones de política monetaria y cambiaria que adoptó el Gobierno de Javier Milei y de la incertidumbre entre los inversores respecto al rumbo de la economía y el resultado de las elecciones legislativas de octubre próximo en Argentina, las primeras que afronta la formación gobernante de ultraderecha La Libertad Avanza, minoritaria en ambas cámaras del Congreso.
Pero las recientes denuncias de corrupción en torno a la Agencia Nacional de Discapacidad, que salpican a altos cargos del Gobierno, han alimentado aún más las dudas de los inversores, que optan por recomponer sus carteras y refugiarse en el dólar.
«Los ruidos políticos vienen despertando una creciente sensibilidad en los ánimos de los operadores. Las acusaciones recientes han acentuado el clima de incertidumbre que viene ganando terreno en esta etapa», observó este martes el economista Gustavo Ber.
Previo al estallido del escándalo por presuntos sobornos en la compra de medicamentos, los inversores ya miraban con cautela el panorama político, dominado por la puja entre el oficialismo y la oposición en el Congreso y una campaña electoral desafiante para el Gobierno, cuyo resultado determinará la composición del Parlamento a partir de diciembre y las posibilidades de Milei para seguir avanzando con reformas estructurales.
Según señaló este martes el banco Cmf en un informe, «es esperable que el descontento del mercado continúe generando volatilidad» en la curva de bonos de en dólares, «al menos en el corto plazo».
Nueva licitación de deuda
Más allá del ruido político, los inversores centran su atención en la nueva licitación de deuda que hará este miércoles el Tesoro en el mercado doméstico para intentar renovar millonarios vencimientos de títulos y absorber el exceso de liquidez de pesos argentinos en la plaza.
Este tipo de operaciones se sucede con resultados dispares desde que en julio pasado el sistema financiero se viera alterado por la decisión del Gobierno de desactivar las Letras Fiscales de Liquidez (LEFI), que eran el instrumento usado por el Banco Central para absorber la liquidez de pesos argentinos entre entidades bancarias y evitar las presiones sobre el tipo de cambio.
A partir de esa decisión, el Tesoro intentó absorber la liquidez de pesos mediante la colocación de otros instrumentos de deuda entre los bancos, pero lo logró solo parcialmente y convalidando cada vez mayores tasas de interés.
Como complemento a estas operaciones para absorber liquidez, el Banco Central subió este lunes los encajes bancarios -el porcentaje de depósitos que las entidades financieras deben mantener inmóvil, sin destinarlo a otras operaciones financieras-.
Sin embargo, el Banco Central dispuso que parte de ese encaje obligatorio pueda integrarse con letras del Tesoro con vencimiento mayor a 60 días, instrumentos que se ofrecerán en la licitación de este miércoles, una medida que busca garantizar cierto éxito en esta colocación.
En la licitación de este miércoles, el Tesoro aspira a renovar vencimientos por 7,7 billones de pesos (5.620 millones de dólares).
Natalia Kidd