La industria brasileña pide una respuesta similar al covid-19 frente al arancel de Trump

El presidente de la Confederación Nacional de la industria de Brasil, Ricardo Alban, habla durante una rueda de prensa para corresponsales extranjeros este jueves, en São Paulo (Brasil). EFE/ Isaac Fontana

São Paulo, 24 jul (EFE).- La Confederación Nacional de la Industria (CNI) de Brasil ha pedido al Gobierno un plan «inspirado» en las acciones tomadas durante la pandemia de covid-19 para reducir el impacto económico del arancel del 50 % anunciado por el mandatario estadounidense, Donald Trump, informó este jueves la patronal.

El presidente de la CNI, Ricardo Alban, dijo durante un encuentro con corresponsales extranjeros en São Paulo que mandaron al Ejecutivo una carta con una serie de posibles medidas para los sectores más afectados por el arancel, que debe entrar en vigor el 1 de agosto.

Entre las acciones sugeridas, figuran créditos ventajosos por parte de bancos públicos y una flexibilización de los despidos y del régimen de vacaciones de los trabajadores.

Además, la industria pide que se prorroguen los adelantamientos sobre contratos de cambio, una anticipación de recursos en reales por exportaciones pendientes de realizarse en un futuro.

«Creo que el Gobierno ya está analizando las medidas, que ya fueron usadas durante la pandemia», aseguró Alban, quien alertó de que para las empresas que exportan a EE.UU. el arancel es «mucho peor» que la covid-19 en términos de impacto.

Las actividades industriales que se verán más afectadas son el sector maderero y la aviación, porque no les será fácil reorientar la producción hacia otros mercados, de acuerdo con el presidente de la patronal.

Alban reconoció que es «difícil» encontrar una solución al arancel antes del 1 de agosto, pero insistió en que es «imprescindible» que el Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva logre un aplazamiento de su entrada en vigor de por lo menos 90 días para tener más tiempo para negociar.

En ese sentido, informó de que la patronal envió este lunes una carta a los secretarios de Estado y del Tesoro de EE.UU. para pedir «diálogo».

Por otro lado, Alban descartó que asuntos relacionados con el juicio por golpismo al expresidente Jair Bolsonaro deban formar parte de las negociaciones, pese a que es una de las razones por las que Trump anunció la sanción comercial.

Aun si entra en vigor el arancel la próxima semana, el representante de la industria dijo que responder con “reciprocidad”, como ha advertido Lula que hará, significa una “pérdida doble” para el sector privado brasileño.

Según Alban, reaccionar con aranceles similares sobre las importaciones estadounidenses significa “perder competitividad para producir en Brasil y para exportar”, y citó la dependencia del sistema de salud pública en medicamentos fabricados en EE.UU. como otro riesgo.

La patronal prepara una visita de empresarios brasileños a EE.UU. para la primera quincena de agosto, durante la cual esperan reunirse con compañías con lazos con el país sudamericano, y recabar apoyo para “sensibilizar” a las autoridades estadounidenses.

Hay 3.662 empresas estadounidenses con operaciones en Brasil en sectores que van desde la producción automotriz hasta las energías renovables, de acuerdo con la CNI.

EE.UU. es el tercer mayor socio comercial de Brasil, solo por detrás de China y de la Unión Europea, y es el destino de alrededor del 12 % de las exportaciones del país sudamericano.