Redacción deportes, 5 jun (EFE).- Desde el 20 de junio del año 2000, hace 25 años, cuando Sergio Conceiçao marcó los tres goles del 3-0 en la Eurocopa 2000, Portugal no había logrado volver ganar a Alemania, hasta este miércoles en la semifinal de la Liga de Naciones, cuando su hijo, Francisco, inició la remontada que culminó Cristiano Ronaldo.

“Fue un momento de inspiración, hice lo que tenía que hacer en ese momento. Fue un gran gol, pero estoy más feliz de haber ayudado al equipo a llegar a la final. Pude haber marcado el segundo, pero el portero hizo una gran parada. Estamos muy contentos. Sabíamos que sería difícil jugar contra Alemania, especialmente en su campo, pero nuestra calidad es de otro nivel”, expresó Francisco a ‘Sport TV’ al término del duelo en Múnich.
Ni siquiera había nacido el extremo de 22 años, esta temporada cedido por el Oporto al Juventus, cuando su progenitor fue el héroe de aquella victoria en el estadio Feyenoord de Rotterdam, cuando batió por tres veces al portero Oliver Kahn. En los minutos 35, 54 y 71 de la última jornada de la fase de grupos del torneo continental. Un ‘triplete’ histórico.
“Es un gran motivo de orgullo y he visto los goles de mi padre muchas veces. Sé que la última vez que les ganamos fue hace 25 años, cuando mi padre marcó tres goles”, rememoró Francisco Conceiçao.
Entre uno y otro momento, Alemania la había derrotado siempre, en cinco duelos seguidos: 3-1 el 8 de julio de 2006 en el partido por el tercer y cuarto puesto del Mundial precisamente en territorio germano; 2-3 en los cuartos de final de la Eurocopa 2008; 1-0 en la fase de grupos de la Eurocopa 2012; 4-0 en el Mundial 2014, del que Alemania fue campeona, y 2-4 en la primera fase de la Eurocopa 2021.
Sergio Conceiçao, hoy entrenador saliente del Milan al final de este mismo curso, disputó 56 partidos, 41 de titular, y marcó doce tantos en sus ocho años al servicio de la selección lusa, dentro de una carrera a nivel de clubes que lo dirigió de sus etapas iniciales en el Felgueiras y el Oporto al Lazio, al Parma y al Inter en Italia, antes de sus últimos pasos por el Standard de Lieja belga y el PAOK Salónica griego. Se retiró en 2010.
En aquella selección que ganó a Alemania hace 25 años, al lado de Sergio Conceiçao jugaban el portero Pedro Espinha, los defensas Beto, Jorge Costa, Fernando Couto y Rui Jorge, los centrocampistas Paulo Sousa, Costinha y Capucho y los delanteros Pauleta y Sa Pinto. En Alemania militaban Lothar Matthaus, Michael Ballack o Mehmett Scholl, entre otros, aparte de Oliver Kahn.
A Portugal la dirigía Humberto Coelho. El martes, en la víspera, Roberto Martínez evocó aquel equipo y aquel técnico: “Necesitamos demostrar lo que podemos hacer individualmente, fuera de casa, contra un equipo como Alemania, y hacer lo que hizo Humberto Coelho hace 25 años. Si se hizo una vez, se puede volver a hacer».
Y lo hizo. Con el 1-0 en contra de Florian Wirtz, Roberto Martínez movió su banquillo. Entre los tres cambios que incluyó en el minuto 58, junto a Nelson Semedo y Vitinha, dio entrada a Francisco Conceiçao. Puro vértigo, en el 63, desbordó por el flanco derecho para soltar un zurdazo con efecto, por encima de Marc Andre Ter Stegen y a la red. Un golazo. El 1-1. En el 68, Cristiano Ronaldo anotó el 1-2. Portugal, a la final de la Liga de Naciones.
Es el segundo gol tan solo con la selección absoluta del extremo nacido el 14 de diciembre de 2002 en la ciudad portuguesa de Coimbra. El primero lo marcó en la última Eurocopa, cuando dio el triunfo al conjunto luso en el minuto 92 del duelo contra la República Checa en la primera jornada. También con una remontada, como este miércoles contra Alemania, en su décimo partido internacional.
Esta temporada la juega en el Juventus, con 37 partidos, 19 de titular y cinco goles, cedido desde el Oporto, a la espera de si regresa o no al club blanquiazul, desde el que despuntó la pasada temporada hasta el punto de que se ganó un sitio en la nómina de futbolistas que eligió Roberto Martínez para disputar la Eurocopa 2024, precisamente en Alemania.
Sus ocho goles y seis asistencias, sumado a su tremendo desborde, en aquel curso 2023-24 en el Oporto, dirigido precisamente por su padre, lo lanzaron a la selección portuguesa para ser decisivo ante Alemania, como lo fue su progenitor hace 25 años.
Iñaki Dufour