La intrahistoria del guiño de Alcaraz al rugby

El español Carlos Alcaraz tras ganar Roland Garros. EFE/EPA/TERESA SUAREZ

Víctor Castelló

Madrid, 13 jun (EFE).- Cuellos de camisa marcados, mangas largas, jerséis y camisetas con gruesas líneas horizontales. Carlos Alcaraz alzó el título en Roland Garros en París vestido de una colección de ropa marcada por el rugby, conmemorando una efeméride del torneo que no todos conocen y que le engalanó hasta el último punto en las 5 horas y 29 minutos en los que Jannik Sinner se enfrentó al español, dejando el quinto trofeo de Grand Slam en las vitrinas del Alcaraz.

En esta edición, 2025, se cumplía el 100º aniversario de la presencia de jugadores internacionales participando en el torneo francés. Una época, tres años antes de que el Abierto se moviera a Roland Garros en 1928, la competición se disputaba en el Stade Français, un gran estadio que también ejercía como sede para el rugby.

Para celebrar esta combinación de deportes y hacer de la fecha un elemento diferencial, Nike lanzó toda una colección de ropa que vistieron tenistas como Carlos Alcaraz o Naomi Osaka, en su versión para el cuadro femenino.

El rugby, halagado con el detalle

Desde la Federación Española de Rugby explican que se sintieron identificados, desde un punto de vista nostálgico, cuando observaron los diseños tradicionales de la marca y se sienten halagados por permanecer, en cierto modo, en la memoria en un evento deportivo que será recordado por ser la final del Roland Garros más larga de la historia.

“A todos nos recuerda al diseño tradicional de rugby incluso el corte. Estamos claramente halagados de que, aunque sea de una manera evocativa, se vincule al rugby con una victoria de este gran calado, con los cuellos tradicionales y las camisetas que tienen un estilo de hace unos años”, explican a Efe desde la Federación.

Mediatizar el proceso creativo

Esta línea de ropa que vistió Carlos Alcaraz ha contado con repercusión en redes sociales, particularmente por la camiseta que portó en la final, con las líneas horizontales amplias y gruesas. Conseguir esta atención, independientemente del gusto, impacta a la marca, pero deja en el tintero el motivo de su proceso creativo.

Esther Palma, experta en moda y directora de la agencia de comunicación EPComunicación, afirma que “Nike ha sabido aprovechar el centenario del Abierto de Francia como un punto de partida conceptual para fusionar elementos del rugby —como las camisetas de rayas y los cuellos— con la estética contemporánea del tenis”, algo común en los procesos creativos pero que “no siempre se comunican de forma tan clara al consumidor general  y quedan, en muchas ocasiones, solo relegada al consumidor deportivo”.

“Mediatizar los procesos creativos no solo humaniza la marca, sino que refuerza la conexión emocional con el público. Una buena historia contada con claridad puede transformar una prenda funcional en una pieza icónica”, apunta.

Esther Palma amplía, asimismo, que este tipo de colecciones suelen estar a la orden del día, particularmente en ediciones especiales, pero incide en esa falta de claridad para contar la historia de cara a obtener mayores beneficios para la marca.

Los cuatro grandes torneos (Abierto de Australia, Roland Garros, Wimbledon y Abierto de Estados Unidos), suelen coincidir con estrategias de marketing para el sector y lanzamientos novedosos para los tenistas y los seguidores. El gran seguimiento de los torneos, al igual que en otros deportes como el fútbol, sirve de base para potencias las ventas.

“Cada Grand Slam ofrece una oportunidad única de reinterpretar códigos clásicos y convertir la ropa en una extensión del evento mismo. En este caso, se trata de vestir a los atletas con piezas que también cuentan una historia visual poderosa, conectando con el legado y el contexto cultural del torneo”, sentencia Esther Palma.

Una nueva colección de ropa que quedará siempre en el recuerdo gracias a un partido de cinco sets que coronaron, por segunda vez consecutiva, al murciano Carlos Alcaraz como campeón del Roland Garros.