La joya antigua, lujo ético con historia

Broche estilo 'Belle Epoque' en forma de libélula, realizado en oro y platino, con diamantes, zafiros, esmeraldas y rubíes. Imagen cedida por la casa de joya antigua Bárcena. EFE//SOLO USO EDITORIAL(

Carmen Martín

Madrid, 7 abr (EFE).- La joya antigua está de moda, es protagonista en los estilismos de millenials y zetas que apuestan por lucir piezas de carácter, con historia, que transporta al glamur de otros tiempos, además de abrazar la artesanía y la sostenibilidad: el lujo ético.

Mas allá del valor material y sentimental, “la joya antigua tiene un interés histórico por el trabajo que lleva de orfebrería”, explica este lunes a EFE Ernesto Gutiérrez, dueño de Barcena, joyería especializada en antigüedades con una experiencia de más de 50 años.

 “La joya antigua está tomando mucho más valor”, añade Gutiérrez, que subraya que el oro ha alcanzado valores históricos: “Es una inversión inteligente”.

De hecho, pocos valores hay tan seguros como el oro o los diamantes como ha demostrado la historia en tiempos difíciles, pero además son un valor seguro en materia estilística.

“Los que quieren invertir en oro compran lingotes a través de comercializadoras certificadas”, explica Gutiérrez, quien apunta que la joya antigua la adquiere quien desean complementos que marquen la diferencia.

“Tengo clientas de veinte y treinta años que invierten en joyas porque comprenden la verdadera importancia de la calidad de la joya antigua; es más, ahora esta de moda que las amigas de la novia le regalen un par dependientes de estilo Art Decó o isabelinos”.

“Hay interés por diseño únicos, que cuenten una historia”, dice Sheila Guerrero, fundadora junto a sus hermanos, David y Rafa, de la firma Del Páramo especializada en joyas antigua y relojería de ocasión.

  Piezas que llegan a través de herencias, y ferias. “Todos los días nos llaman herederos para que tasemos las joyas”, cuenta el propietario de Barcena, que argumenta que es más fácil vender y repartir el dinero que repartir piezas de las que no se conoce el valor.

“Cada vez hay menos, por lo tanto, cada vez son más exclusivas”, indice Sheila Guerrero que asegura que se demandan originalidad y calidad en el diseño.

La diferencia entre la antigua y la moderna radica en “la exclusividad y diseño de la pieza”, advierte Gutiérrez, quien destaca que su valor también está marcado por los materiales empleados, los detalles artesanales, las manos que lo han realizado, así como los cortes de las gemas.

En la joya antigua se ven técnicas artesanales, “una orfebrería con un carácter singular”, destaca Ernesto Gutiérrez, que aclara que antes se hacia tiradas de joyas muy cortas que con el paso del tiempo se han convertido en piezas excepcionales y (casi) únicas.

Se valora como si se tratara de una pieza de arte. Están realizadas de manera muy diferente a como se elaboran en la actualidad, lejos de la producción masiva de joyería contemporánea”, subraya Sheila Guerrero que considera que se debería de dejar de hacer tanta producción por ordenador y trabajar series limitadas.

“Tendría que haber escuelas y Universidades en las que estudiar la orfebrería, un oficio que se está perdiendo, pocos saben trabajar el platino”, se lamenta Guerrero.

En una sociedad sensibilizada con el medioambiente, la joya ‘vintage’ se posicionan como favorita, “es sostenible, es un lujo ético, no requiere la extracción de nuevos materiales”, argumenta Guerrero.

Además de recudir el impacto ambiental, “son piezas de gran calidad, de oro puro y piedras preciosas”, cuenta Gutiérrez que señala que las más demandadas son las de estilo Art Déco (1920-1930), después la de los años 40 y 50, de líneas voluminosas, lazos y flores, “presentan el glamur de una época”.

Las de estilo vitoriano (1837-1901) son muy deseadas por su diseños románticos y elementos naturales en forma de plantas y flores. El reino animal también es muy codiciado, se buscan libélulas, mariposas, serpientes, pájaros, escarabajos, panteras, peces o leopardos.

“Otro complemento demandado es el reloj de ocasión”, cuenta Sheila Guerrero que explica que ahora casas como Rolex o Cartier trabajan con existencias muy reducidas, de tal manera que el mercado de segunda está disparado.

“Son piezas que no pierden su valor, son una buena inversión”, concluye Guerrero. EFE

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 (Recursos de archivo en www.lafototeca.com cód 5741084 y otros)

Pendientes Art Nouveau realizados en oro con diamantes y esmaltes en vidriera.Imagen cedida por la casa de joya antigua Bárcena. EFE//SOLO USO EDITORIAL
Pinjante del S. XVII realizado en oro con esmaltes, rubíes y esmeraldas. Imagen cedida por la casa de joya antigua Bárcena. EFE//SOLO USO EDITORIAL