Pamplona, 12 jul (EFE).- El séptimo día de los Sanfermines transcurre este sábado con cielo gris y fino ‘txirimiri’, lo que ha obligado a sacar los paraguas y a suspender actos como la salida de la Comparsa de Gigantes y Cabezudos, pero no ha mermado las ganas de los numerosos visitantes que se acercan a Pamplona para disfrutar del fin de semana festivo.

Lo atestigua el trajín de viajeros que, de impoluto blanco y rojo y todas las fuerzas intactas, desembarcan desde primera hora en la ciudad, tanto en la estación de autobuses como en la de ferrocarril, y en numerosos vehículos particulares que han convertido su interior en el último recurso para incluso dormir si flaquea el ímpetu.

La llegada de nuevos visitantes ha sido evidente desde primeras horas, con un encierro abarrotado de participantes en el que los toros de la ganadería de José Escolar no han dejado cornadas pero sí cuatro trasladados al hospital por contusiones y golpes.
A ellos se ha sumado otro herido por un traumatismo en el hombro, causado por la caída de un fragmento de la cornisa desde un balcón de la cuesta de Santo Domingo a escasos minutos del paso de los toros por este tramo, lo que ha obligado a retrasar levemente el inicio de la carrera.
Fuera de esta inicial incertidumbre, los de Escolar han cumplido sin sobresaltos con una carrera rápida y compacta en la que una multitud ha llevado a la manada hasta la Plaza de Toros, donde uno de los bravos se ha entretenido unos segundos amagando contra el burladero sin mayores consecuencias.
Con el piso mojado de las lluvias de la madrugada, el cielo ha respetado durante el encierro, no así a lo largo de la mañana, en la que la evidente bajada de temperaturas y el «txirimiri» ha frenado algo la salida de los pamploneses a las calles, que tampoco han podido acoger la alegría habitual de la Comparsa de Gigantes y Cabezudos y de los cientos de niños que la acompañan con sus carreras y su algarabía, al ser suspendida su salida.
Son figuras más que centenarias, delicadas por tanto y muy queridas por la ciudadanía, que acompañan a la comitiva municipal en los días señalados y van con su propio programa el resto de las jornadas, ante la expectación de autóctonos y foráneos.
A todos ellos las fuerzas y cuerpos de seguridad recomiendan precaución en estas y otras aglomeraciones, dado que los hurtos ‘al descuido’ son los delitos más comunes cometidos en estos días, con bandas que llegan a Pamplona exclusivamente para hacer su campaña.
Y entre las incidencias delictivas, este sábado se ha conocido la denuncia de una agresión sexual de alta intensidad ocurrida de madrugada en un domicilio particular en Pamplona, por el momento sin detenidos.
Tampoco los hay en el caso de numerosos teléfonos móviles recuperados, muchos de ellos de hurtos, y que suman 146 de los 716 objetos perdidos que a estas alturas de las fiestas se guardan en la oficina que la Policía Municipal de Pamplona habilita para su entrega.
Carteras (230), documentación (214) y móviles (146) reinan entre cajas con bolsos y mochilas (34), gafas (23), ropa (14 prendas), joyas (6) y una quincena de aparatos electrónicos a la espera de ser identificados.
Con todo ello la fiesta sigue, renovada en fin de semana aunque con cierta incertidumbre sobre si la meteorología, con Navarra en alerta naranja por fuertes tormentas, permitirá cumplir con todo el programa previsto, tras la suspensión de algunas actividades al aire libre que, como el festival de jotas del Paseo de Sarasate, estaba previsto celebrar por la mañana.
Como el viernes, cuando finalmente no se suspendió más que el toro de fuego y la verbena del parque de Antoniutti, la evolución de las previsiones meteorológicas marcarán una tarde en la que se anuncian los diestros Rafael Rubio «Rafaelillo», Fernando Robleño y Juan de Castilla como protagonistas de la sexta tarde de toros en la monumental pamplonesa.
Si el tiempo no lo impide, el espectáculo pirotécnico de Reyes Martí competirá este sábado en el XXIV Concurso Internacional de Fuegos Artificiales y dará el pistoletazo de salida a una nueva noche de juerga, música y alegría en las calles de Pamplona.