La luz artificial de las ciudades alarga la temporada de crecimiento de las plantas

Imagen de archivo de contaminación lumínica en La Coruña (Galicia, España). EFE/ Cabalar

Madrid, 16 mar (EFE).- La luz artificial nocturna en los entornos urbanos puede estar alargando, hasta en tres semanas, la estación de crecimiento de las plantas en comparación con las zonas rurales, lo que supone una aparición de los brotes más temprana en primavera y una coloración más tardía de las hojas en otoño.

Un equipo encabezado por investigadores chinos publican en Nature Cities un estudio con datos de satélite, a lo largo de siete años, de 428 ciudades del hemisferio norte, entre ellas Nueva York, París, Toronto y Pekín.

La rápida urbanización hace que las ciudades sean más calurosas, debido a los edificios y el hormigón que absorben e irradian calor, y también más luminosas de noche, la cantidad de luz artificial nocturna ha aumentado un 10 % de media en la última década. Ambos factores regulan, en gran medida, los periodos de crecimiento de las plantas.

El estudio indica que la iluminación artificial nocturna “aumenta exponencialmente hacia los centros urbanos y ejerce una influencia mayor que la temperatura del aire en la prolongación del periodo vegetativo urbano, especialmente retrasando su final, aunque los efectos varían según las zonas climáticas”.

Además, sugiere que efecto de la luz artificial nocturna en la estación de crecimiento puede complicarse aún más por el reciente cambio general de las lámparas de sodio de alta presión a la iluminación LED, a la que las plantas pueden ser más receptivas, aunque hace falta más investigación sobre ese aspecto.

El equipo, formado también por investigadores estadounidenses y alemanes, recopiló datos sobre la luz artificial nocturna, la temperatura del aire cercana a la superficie y las estaciones de crecimiento de las plantas.

El efecto de la luz artificial es especialmente pronunciado al final del periodo vegetativo en comparación con su influencia al principio.

En concreto, el inicio de la estación de crecimiento se adelanta una media de 12,6 días con respecto al entorno rural y el final se retrasa 11,2 días en las ciudades analizadas.

Estas pautas generales coinciden en todas las ciudades del hemisferio norte, aunque existen diferencias entre continentes, dependiendo de las zonas climáticas.

Así, el inicio de la estación es más temprano en Europa, luego en Asia y después en Norteamérica, aunque las ciudades en esa última zona sean más luminosas

El efecto de las luces nocturnas es mayor al principio de la temporada en algunas zonas climáticas, incluidos los climas templados con veranos secos y los climas fríos sin estación seca, mientras que el efecto al final de la temporada de crecimiento fue más constante en todas las ciudades.

El deshoje más temprano y la senescencia más tardía de las hojas provocados por la luz nocturna artificial pueden aumentar el riesgo de daños por heladas a principios de primavera y finales de otoño, perturbar las interacciones entre plantas y polinizadores y provocar la aparición más temprana de síntomas de alergia al polen, escriben los investigadores en el artículo.

Con el aumento de la urbanización y el cambio climático, para los firmantes es “imperativo aplicar soluciones de iluminación sostenibles” que protejan mejor los árboles y sus comunidades asociadas a través de medidas de conservación eficaces, fomentando en última instancia ecosistemas urbanos resistentes y saludables.