La luz y el aura de Chillida reviven en el santanderino Palacio de la Magdalena

Homenaje de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, a la obra de Eduardo Chillida 'Consejo al espacio VII', realizada por el artista vasco en 1996 en acero corten. EFE/ROMÁN G. AGUILERA

Santander, 16 jun (EFE).- La escultura ‘Consejo al espacio VII’ (1996), de Eduardo Chillida, llega al jardín del Palacio de la Magdalena, en Santander, para mostrar frente a la bahía la «luz y el aura» del artista donostiarra.

Homenaje de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, a la obra de Eduardo Chillida 'Consejo al espacio VII', realizada por el artista vasco en 1996 en acero corten. EFE/ROMÁN G. AGUILERA

En el centenario del nacimiento de Chillida, que se celebra este 2025, la UIMP ha organizado este lunes un diálogo entre el hijo del escultor, Luis Chillida y el director del Museo de Arte de Santander, Salvador Carretero, que han repasado la obra de la artista desde un punto de vista más personal.

La obra elegida para ser instalada en el Palacio, elaborada con acero corten, les ha servido de ejemplo para explicar los principales rasgos que caracterizaban el estilo de Chillida, la «luz y el aura» de esa obra que tanto «interés» tenía por compartir.

Luis Chillida ha asegurado que exhibir esta obra en un lugar como el jardín del Palacio de la Magdalena «es como si un trocito de Eduardo Chillida viniera de vacaciones a Santander».

El hijo del artista ha señalado los materiales utilizados por su padre como uno de los elementos claves en su obra, ya que Chillida tenía un «gran respeto» al hierro y los demás materiales que utilizaba y «no lo veía como algo que usaba para hacer lo que quisiera».

«Mi padre veía los materiales como algo con lo que hay que tener una relación, un dialogo. Ver a dónde te quiere llevar», ha expresado.

También ha destacado la importancia del tiempo en la obra de Chillida, un concepto que para él «no era el tiempo del reloj», sino el «el tiempo de la música, el tempo», y era una cuestión en la que «le gustaba indagar».

El escultor disfrutaba de ese proceso creativo, y sus principales referentes eran elementos naturales como el mar, el aire, el viento, la luz «y hasta las ramas de los árboles», ha recordado.