La madre del santo milenial Carlo Acutis: «Los jóvenes encontrarán un amigo»

Antonia Salzano (i), madre de Carlo Acutis, que este domingo será canonizado en el Vaticano convirtiéndose en el primer santo milenial, explica en una entrevista a EFE que su fallecido hijo también es un "amigo" y "ejemplo" para los jóvenes de hoy. EFE/ Cristina Cabrejas

Asís (Italia) 4 sep (EFE).- El próximo domingo, en la plaza de San Pedro, una madre llevará por primera vez al altar ante el papa León XIV un relicario con el corazón de su hijo: Antonia Salzano es la madre de Carlo Acutis, un chico italiano fallecido a los 15 años que se convertirá en el primer santo milenial. «Los jóvenes encontrarán un amigo», asegura a EFE.

Antonia Salzano, madre de Carlo Acutis, que este domingo será canonizado en el Vaticano convirtiéndose en el primer santo milenial, explica en una entrevista a EFE que su fallecido hijo también es un "amigo" y "ejemplo" para los jóvenes de hoy. EFE/ Cristina Cabrejas

Acutis será canonizado junto con otro joven, Pier Giorgio Frassati, en una ceremonia que se espera multitudinaria. Murió en 2006 a los 15 años por una leucemia fulminante y en su breve vida de chico normal, apasionado por el deporte, la naturaleza y los animales, también se dedicó a ayudar a los demás y a extender la fe por Internet a sus coetáneos.

Antonia Salzano, madre de Carlo Acutis, que este domingo será canonizado en el Vaticano convirtiéndose en el primer santo milenial, explica en una entrevista a EFE que su fallecido hijo también es un "amigo" y "ejemplo" para los jóvenes de hoy. EFE/ Cristina Cabrejas

Su madre, que se ha convertido en su principal testimonio, en la voz de su hijo santo, recibe a EFE antes de la ceremonia en la bellísima casa en la colina que Carlo quiso que comprasen en Asís (centro), para estar cerca de la naturaleza y de otro santo tan importante para la Iglesia como san Francisco.

«Carlo era un chico de su tiempo, que ha vivido todo lo que viven los jóvenes ahora, pero que había abierto de par en par la puerta de su corazón a Dios y su vida ordinaria se convirtió en extraordinaria», explica en una entrevista.

¿Cómo un chico normal se puede convertir en un santo?. «Pues era un chico muy devoto y espiritual desde que era pequeño. Hizo su primera comunión con 7 años y empezó a ir a misa, a las adoraciones eucarísticas, a rezar el rosario y leer las Sagradas Escrituras cada día. Tenía una vida muy espiritual, pero también muy abierta a los demás».

Cuenta la madre de Acutis que ya con 9 años «empezó a organizar una especie de Cáritas doméstica: llevaba comida, bebida, mantas y sacos de dormir a la gente que dormía en la calle y seguía su apostolado con las personas mayores o ayudaba a los chicos que sufrían acoso escolar y otros problemas».

Pero, sobre todo, «empezó el trabajo de evangelización a través de Internet. Porque era un genio de la de informática. Tenía 9 años y ya leía los libros que compraba en la librería universitaria, hacia programas informáticos, de estadística y todo esto, esta sabiduría, la transformaba en anunciar a Cristo».

El que será el primer santo milenial ya es conocido como el «patrón de Internet» y por eso serán sobre todo los jóvenes católicos los que llenarán la plaza de San Pedro para la canonización, los mismos que en estos años han convertido Asís, donde se encuentra expuesto su cuerpo, vestido con sudadera y zapatillas de deporte, en un lugar de peregrinación.

«Al final era un chico que vivía una vida normal, lo que nos dice que es posible también llegar a la santidad hoy y esto una señal de esperanza para los jóvenes», dice Salzano, al resaltar que, ante los problemas de los jóvenes de hoy en día, como «la pornografía, la droga, el alcohol, Carlo enseña que es posible ir adelante, no caer en todo esto y por eso es un ejemplo».

En Carlo «pueden encontrar un amigo, alguien que vivió lo que ellos viven», explica.

«Porque en un santo del pasado es más difícil, es alguien que vivió hace mucho tiempo, que vestía diferente. Carlo se vestía como ellos, es alguien más cercano y así probar un sentimiento de amistad es más fácil, pues ha vivido lo que están viviendo ellos y esto es muy importante», destaca.

«Aunque sea un gran dolor la pérdida de un hijo, yo se que esto no es el final y que vamos a una vida mejor y Carlo está en el Paraíso», añade sin perder nunca la sonrisa.

Y entre bromas afirma: «Bueno, soy la madre de un santo, pero no soy santa. Carlo lo era naturalmente y yo tengo muchos defectos, pero aquí estoy buscando un camino de santificación. Lo intento».

Cristina Cabrejas