Madrid, 1 jul (EFE).- El 60 % de los ciudadanos españoles muestra una preocupación por los problemas del agua de entre 7 y 10 -en una escala de 0 a 10- pero existe «un desconocimiento generalizado» sobre los niveles de consumo en los distintos sectores, según un informe presentado hoy por el Real Instituto Elcano.
El documento certifica que esa preocupación varía según las regiones: el arco mediterráneo y Andalucía muestran los niveles más altos de alerta, frente a Galicia, en línea con su menor exposición al estrés hídrico, según revela el estudio ‘El agua en España: opiniones, actitudes y prioridades de los ciudadanos’.
La elevada preocupación que dicen sentir los ciudadanos «no siempre se traduce en predisposición a disminuir el consumo del agua», a utilizar la regenerada y desalada o incluso al pago de una cantidad adicional en la factura, ha señalado durante la presentación la investigadora y una de las autoras del estudio, Sofía Tirado.
Además, existe un «desconocimiento generalizado sobre los niveles de consumo»: la industria es percibida como el principal consumidor (33 %), por detrás de la agricultura (30 %), a pesar de que esta última representa con gran diferencia (60 %) el mayor uso del recurso.
Esta brecha entre percepción y datos evidencia según el estudio «la necesidad de mejorar el grado de información de la ciudadanía», un factor «clave» para generar respaldo social, legitimidad y eficacia en la aplicación de políticas hídricas, en un contexto de creciente escasez y competencia de recursos.
Factura del agua
Según el informe, solo un 33 % de la población considera caro el precio el servicio del agua en comparación con otros suministros como la electricidad o la gasolina, pero este dato «debe ser matizado, ya que el 35 % de los encuestados declara no saber cuánto paga por el agua, lo que sugiere una limitada conciencia» de las cifras, apunta Tirado.
La conducta más común al revisar la factura es atender tanto al consumo como al precio, afirma un 44 % de los sondeados, pero un 26 % solo se fija en lo que tiene que pagar y un 18 % «no presta atención a ningún aspecto».
Aun así, un 49 % de los encuestados dice estar dispuesto a pagar más en la factura del agua para garantizar que sea suficiente y de calidad.
Esta disposición aumenta al desplazarse en la escala ideológica desde la derecha (40 %) hacia la izquierda (59 %) y también con el nivel de estudios desde un 39 % entre quienes tienen estudios primarios al 54 % entre quienes poseen formación universitaria, así como con el nivel de renta, alcanzando el 62 % entre quienes declaran ingresos netos mensuales de entre 2.501 y 3.000 euros.
El principal motivo por el que muchas personas no estarían dispuestas a pagar más es la percepción de que «el coste actual ya es suficientemente alto» por las tarifas elevadas o por la alta carga fiscal, la desconfianza en la gestión del agua y en la responsabilidad gubernamental o la situación económica personal.
Agua regenerada
En cuanto al uso del agua regenerada para fines no potables como el riego de jardines, el baldeo de calles o usos agrícolas e industriales, los ciudadanos muestran una alta aceptación (80 %) que disminuye cuando se trata de usos domésticos que implican contacto directo como ducharse o bañarse (69 %), cepillarse los dientes (45 %), cocinar (39 %) o beber (25 %).
El principal motivo por el que se rechaza es la desconfianza en su calidad, los motivos relacionados con la percepción de falta de higiene o el temor de riesgos para la salud, lo que subraya la necesidad de «reforzar la transparencia y confianza de las instituciones gestoras», ha incidido Tirado.
Además, el informe identifica la necesidad de desarrollar campañas de comunicación proactivas y exposición de casos de éxito para mejorar la aceptación social e integrar este recurso en una estrategia hídrica mas resiliente frente al nuevo contexto climático. EFE
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