La memoria de la Guerra del Chaco revive en una colección de fotos a color

El diseñador gráfico Hugo Gunsett sostiene una fotografía durante una entrevista con EFE este miércoles, en Asunción (Paraguay). EFE/ Juan Pablo Pino

Asunción, 22 jun (EFE).- La inexistencia de fotografías a color de la Guerra del Chaco entre Paraguay y Bolivia (1932-1935) motivó al diseñador paraguayo Hugo Gunsett a colorear las imágenes en blanco y negro que encontró en internet y en archivos públicos para producir más de cien piezas que revitalizan la historia y reflejan lo sucedido hace 90 años en el mayor conflicto bélico de Suramérica en el siglo XX.

El diseñador gráfico Hugo Gunsett muestra unas fotografías durante una entrevista con EFE este miércoles, en Asunción (Paraguay). EFE/ Juan Pablo Pino

Gunsett es un estudioso de la historia de la contienda por ese territorio que le costó la vida a 50.000 bolivianos y 33.000 paraguayos y su «Álbum a color Héroes de la Guerra del Chaco» ha sido declarado «De interés cultural» por instituciones paraguayas, que han destacado el esfuerzo realizado desde hace diez años para poner en valor esas imágenes con un toque artístico personal y el uso de la paleta de colores de un programa informático.

El diseñador gráfico Hugo Gunsett habla en una entrevista con EFE este miércoles, en Asunción (Paraguay). EFE/ Juan Pablo Pino

Las fotografías coloreadas son mayoritariamente de los generales y de la tropa paraguaya, de su armamento, de sus vehículos, aviones y de los homenajes realizados al Ejército en Asunción el 22 de agosto de 1935, tras la finalización de la guerra, pero Gunsett también ha comenzado a colorear escenas de las tropas bolivianas.

«La idea era hacer lo más realista y lo más parecido a lo que eran los colores ya sea de los uniformes, las armas, y el mismo territorio chaqueño, porque hay una zona que es árida y otra zona que es boscosa», relató Gunsett en declaraciones a EFE en su vivienda, que también es su estudio de trabajo.

Una imagen restaurada con protagonistas de ambos bandos es la del capitán paraguayo Aristóbulo González dando la mano al subteniente boliviano Gilberto Guzmán junto a un hito fronterizo en junio de 1935, una imagen que posiblemente corresponda al día de la finalización de la guerra, el 14 de junio, o a días posteriores.

La imagen original en blanco y negro no tenía la identificación de los oficiales, pero motivó una investigación pormenorizada de Gunsett para precisar los nombres, los grados y los matices en los uniformes.

«Durante mucho tiempo esta foto estuvo en blanco y negro y en los grupos de historiadores donde yo entré nadie sabía cuál era boliviano y cuál era paraguayo. En mi investigación encontré una foto en blanco y negro con la descripción en el pie de foto donde (dice) que el de la izquierda es el oficial paraguayo y el de la derecha, el oficial boliviano. Con eso pude llegar a colorear la foto», sostuvo.

El oficial paraguayo vestía un uniforme «verde ka’a (hierba en guaraní) y el boliviano uno de color caqui, indumentaria que «era un excedente» del usado por los norteamericanos en la Primera Guerra Mundial, apuntó.

Para darle realismo, la foto fue retocada con un cielo con nubes.

Hay fotos del teatro de operaciones como la del Mariscal José Félix Estigarribia, conductor del Ejército paraguayo, en su oficina en el fortín Comanchaco en Isla Po’i, pero también la de un muchacho junto a una ametralladora pesada Vickers y a un grupo de sus camaradas adultos.

También la de un soldado paraguayo que era un campesino cargando un fusil Mauser a la espalda, una bolsa para proyectiles, granadas y sus alimentos, caminando descalzo y llevando el tubo de un cañón Schneider 75 milímetros a lomo de burro, una escena humana que muestra el sacrificio de los soldados.

Por caminar descalzo, los paraguayos fueron apodados «patapilas» por los bolivianos, recuerda Gunsett.

Del lado boliviano, coloreó las imágenes de un preso herido en un brazo y con la ropa ensangrentada, un grupo de soldados con un oficial al centro y todos posando con morteros, ametralladoras, fusiles Mauser y el arma de varios disparos que los paraguayos llamaban «piripipi» por el sonido que hacía cuando era usada.

«Siempre quise colorear también las fotos del Ejército boliviano. De hecho, tengo unas cuantas fotos, pero traté de hacer el coloreado de ambos bandos para que esto realmente sea didáctico para las nuevas generaciones», dijo.

Gunsett hace el trabajo y da charlas en escuelas de forma gratuita para recordar «la paz entre dos pueblos hermanos» a los que la guerra dividió durante tres años.

Javier Aliaga