La memoria de los pueblos leoneses inundados por el pantano de El Porma llega a Bruselas

Imágenes de 'Habitar lo invisible', exposición dedicada a recordar los pueblos inundados bajo el pantano de El Porma en 1968. EFE/ Sara Morato
Bruselas, 12 jul (EFE).- La memoria de los pueblos inundados bajo el pantano de El Porma (León, Castilla y León) en 1968, que hizo desaparecer ocho localidades bajo el agua, llega a Bruselas de la mano de la exposición fotográfica ‘Habitar lo invisible’, que busca evocar la «pérdida del origen» y «el peso de las raíces».
Amor Aguarde y Pablo Garrigós, autores de la exposición 'Habitar lo invisible'. EFE/ Sara Morato
«La idea surgió porque mi abuela es una de las personas que tuvieron que dejar su pueblo en los años 60, cuando decidieron construir una presa en León, en el pantano del pueblo. Hubo muchas familias que se vieron obligadas a dejar su hogar. Mi abuela en este caso se fue a vivir a Andalucía», expresó a EFE la artista e interprete Amor Aguaded (Huelva, 1987). La muestra estará expuesta hasta el 18 de septiembre en la Embajada de España en Bélgica. Memoria y resiliencia Aguaded llevó a cabo este proyecto de la mano del fotógrafo Pablo Garrigós (Valencia, 1988) para, con una mirada artística y «casi onírica», rescatar la memoria de los pueblos inundados y reivindicar la resiliencia de los vecinos que, aún hoy, no cesan en su empeño de seguir recordando lo que un día fue su hogar. Para ello, visitaron León en 2022, durante la celebración de la Romería de Pardomino, un encuentro anual en el que los vecinos de estos lugares desaparecidos hacen un «viaje en el tiempo» y conmemoran las costumbres de los pueblos hundidos, homenajeando a los mayores y haciendo testigos a las nuevas generaciones. «Desde el primer momento las familias están muy abiertas a que llegue gente nueva a descubrir su historia. Lo más importante que tienen ahora es su memoria, y quieren mantenerla», explicó Aguaded. Habitar lo que no existe La exposición realiza un recorrido por el «dolor» de los pueblos en los que solo quedan árboles hundidos y restos arquitectónicos para después mostrar imágenes de los jóvenes bailando en la romería, trajes típicos y maleteros repletos de comida y bebida. «Enfrentas al espectador a esa batalla que ellos nos contaban, pero también al progreso, a esa alegría que viene de una forma muy humilde, muy sencilla a través de la celebración de la romería», comentó Garrigós. Por ello, escogieron el formato analógico para las veinticuatro fotografías que componen la muestra, una elección en absoluto casual, ya que es un formato que iba «a permitir trabajar con un ritmo pausado y reproducir ese universo de la manera más fiel posible, como si hubiésemos estado allí en los años 60», indicó Garrigós. ‘Habitar lo invisible’ también contiene otras propuestas artísticas, como fotografías de los pueblos sumergidas en estructuras de agua o un mapa interactivo en el que los visitantes podrán exponer la distancia emocional que sienten respecto a su país de origen, evocando también esa emoción de «desarraigo». Pérdida de los orígenes El sentimiento de pérdida de sus orígenes que pudieron experimentar quienes se vieron obligados a abandonar sus hogares tras las inundaciones es compartido por ambos artistas, que, como tantos otros jóvenes, dejaron su país en busca de trabajo en el extranjero. Las contradicciones de habitar «un lugar que no es tu hogar», encontrar dificultades para volver a los orígenes y el desarraigo que ello conlleva son experiencias, según los artistas, «universales, compartidas por mucha gente y que conectan bien con la gente de los pueblos» y también de Bruselas, «que tiene a gente de muchos sitios con experiencias distintas. Por todo ello, ‘Habitar lo invisible’ consigue homenajear «tantas historias sumergidas bajo el agua» a través de un proyecto «emotivo», que busca plantear preguntas entorno al desarraigo, rinde homenaje, como si de un «álbum de familia» se tratase, a los vecinos afectados y reproduce desde una mirada fiel un pasado desaparecido. Sara Morato Nuñez