La mente como mando a distancia: Miami se suma al fenómeno Neuralink con chips cerebrales

Los doctores del "Proyecto Miami para Curar la Parálisis". EFE/EFE/University of Miami / The Miami Project

Miami (EE.UU.), 21 ago (EFE).- RJ es un veterano del Ejército estadounidense que quedó tetrapléjico tras un accidente de motocicleta. Este año, un chip que le fue implantado en su cerebro por doctores de Miami le permitió controlar con sus pensamientos dispositivos como un ordenador o un teléfono móvil para restaurar su autonomía digital.

Esta compleja operación fue la primera realizada por el ‘Proyecto Miami para Curar la Parálisis’ en colaboración con la empresa de neurotecnología fundada en 2016 por el magnate Elon Musk, y antecedió a otros dos procedimientos efectuados en los últimos meses en sendos pacientes con características similares.

«Están muy felices y sienten que han obtenido un nuevo grado de libertad. En muy poco tiempo, son capaces de controlar un ratón de ordenador, su teléfono, enviar mensajes de texto y jugar a videojuegos», dijo a EFE el director clínico del Proyecto Miami, Allan Levi.

Este centro, que forma parte de la escuela de medicina de la Universidad de Miami, en el sur de Florida, es desde el pasado enero una de las dos sedes en las que Neuralink desarrolla los ensayos clínicos de sus chips cerebrales. El otro está ubicado en Phoenix, Arizona.

«Neuralink ha desarrollado tanto el chip como el robot que coloca los electrodos en el cerebro», explicó Levi, quien agregó que el papel de los neurocirujanos «tiene que ver con trabajar con los ingenieros, decidir dónde exactamente implantar el chip, asegurarse de que los pacientes sean candidatos apropiados, y determinar la logística de la operación, como dónde hacer la abertura en el cráneo».

Para implantar los electrodos en la superficie del cerebro, de forma que el paciente pueda controlar los dispositivos externos, los doctores emplean un robot quirúrgico que les ayuda a insertar «más de 1.000 electrodos» en el cerebro.

«He estado en esto por 35 años, y para mí, es uno de los trabajos de traducción más impresionantes que he visto. Impresionante no solo por la tecnología, sino por la rapidez con la que los pacientes han obtenido beneficios», resumió el experto.

 

RJ es un veterano del Ejército estadounidense que quedó tetrapléjico tras un accidente de motocicleta. Este año, un chip que le fue implantado en su cerebro por doctores de Miami le permitió controlar con sus pensamientos dispositivos como un ordenador o un teléfono móvil para restaurar su autonomía digital. EFE/Neuralink

Nueve pacientes han recibido el implante

Desde que Noland Arbaugh se convirtiera en enero de 2024 en el primer paciente en recibir el implante de Neuralink, en el centro de Phoenix, la empresa de Musk ha realizado otras ocho operaciones similares, tres de ellas en Miami.

El chip procesa sus señales neuronales y las transmite de forma inalámbrica a la aplicación Neuralink, que los decodifica en acciones e intenciones, permitiendo que todos ellos puedan ahora mover con sus pensamientos dispositivos externos.

En un video publicado el mes pasado por Neuralink, se observa a uno de los participantes del ensayo clínico jugando a piedra papel o tijera con su hija pequeña, gracias a un ordenador en cuya pantalla se observa un brazo virtual que sigue las órdenes del paciente.

El objetivo final, según Allan, será «poder usar esta tecnología para controlar un aparato para caminar o un brazo mecánico».

 

Que sea accesible para la población

El proyecto se encuentra actualmente en su etapa de ensayos clínicos, lo que significa que solo un número limitado de pacientes elegidos por Neuralink tienen acceso a él.

Para ofrecerse voluntario, la empresa incluye un formulario en el que requiere que los inscritos cumplan una de estas cuatro condiciones: tetraplejia, paraplejia, discapacidad visual o discapacidad del habla.

Y aunque la cifra de operaciones todavía no ha alcanzado la decena, Allan se mostró «muy esperanzado» de que este tipo de tratamiento sea en el futuro accesible para un mayor número de personas.

Después de la etapa actual, en la que se prueba en un pequeño número de pacientes, el experto indicó que llega el momento de reportar los resultados a la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, en inglés) «con énfasis en la seguridad».

Una vez obtienen el visto bueno de la autoridad reguladora, demostrando la eficacia del tratamiento, se comercializa, concluyó Levi, recalcando que queda «mucho menos tiempo» de lo que uno podría imaginar para que eso suceda.

Hugo Barcia