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La obesidad en personas con síndrome de Down es un factor de riesgo para el deterioro cognitivo, según estudio

El coordinador del grupo de Farmacología Integrada y Neurociencia de Sistemas del HMRIB-Instituto de Investigación del Hospital del Mar, el dr. Rafael de la Torre (i), la líder del grupo de Neurobiología Celular y de Sistemas del programa de Biología de Sistemas en el Centro de Regulación Genómica de Barcelona (CRG) y presidenta del Consejo Español del Cerebro, la dra. Mara Dierssen (c) y el fundador de La Casa de Carlota, José María Batalla (d), presentaron este mediodía en Barcelona los resultados del estudio europeo GODS21, que analiza la relación entre obesidad y personas con síndrome de Down. EFE/Marta Pérez

Barcelona, 21 mar (EFE).- Un estudio internacional ha comprobado que una mala alimentación y la obesidad en personas con síndrome de Down, que debuta con mayor incidencia en la infancia y adolescencia, es un factor de riesgo para el deterioro cognitivo.

Son las conclusiones de la investigación GODS21, un estudio pionero que analiza la relación entre la obesidad y las alteraciones cognitivas de las personas con síndrome de Down, con la participación de 12 centros de seis países diferentes.

“No es una cuestión solo de peso o estética; en el síndrome de Down la obesidad es un factor de riesgo para alteraciones cognitivas y seguramente para la neurodegeneración”, ha señalado la doctora Mara Dierssen, líder del grupo de Neurobiología Celular y de Sistemas del programa de Biología de Sistemas en el Centro de Regulación Genómica de Barcelona (CRG) y presidenta del Consejo Español del Cerebro.

En una rueda de prensa en Barcelona coincidiendo con el Día Mundial del Síndrome de Down, Dierssen ha señalado que las personas con este trastorno genético, que consiste en tener una copia extra del cromosoma 21, padecen un “riego muy elevado de diabetes y obesidad” de forma mucho más temprana que el resto de la población, en la infancia y adolescencia.

Los investigadores han identificado un gen concreto expresado en el síndrome de Down, el DYRK1A , que actúa como un interruptor molecular capaz de activar señales.

“En modelos animales hemos visto que, si está sobreactivado, da preferencia para alimentos dulces y salados, así que hay predisposición genética a preferir estos alimentos”, ha explicado.

Predisposición al consumo hedónico

El coordinador del grupo de Farmacología Integrada y Neurociencia de Sistemas del HMRIB-Instituto de Investigación del Hospital del Mar, el dr. Rafael de la Torre (d), la líder del grupo de Neurobiología Celular y de Sistemas del programa de Biología de Sistemas en el Centro de Regulación Genómica de Barcelona (CRG) y presidenta del Consejo Español del Cerebro, la dra. Mara Dierssen (c) y el fundador de La Casa de Carlota, José María Batalla (i), presentaron este mediodía en Barcelona los resultados del estudio europeo GODS21, que analiza la relación entre obesidad y personas con síndrome de Down. EFE/Marta Pérez

Así pues, las personas con síndrome de Down tienen predisposición “a un consumo hedónico de alimentos, el que ocurre cuando comemos por placer, no porque lo necesitemos”, ha subrayado.

Además, este gen podría estar vinculado a una predisposición a diabetes porque está expresado en el páncreas, que regula la insulina, ha añadido Dierssen.

Otro resultados de la investigación, ha proseguido la doctora, es que el estrés social puede empeorar la predisposicion a la obesidad, lo que es relevante en un colectivo en el que “sigue habiendo una gran estigmatización”.

El investigador Rafael de la Torre, coordinador del Grupo de Farmacología Integrada y Neurociencia de Sistemas del Hospital del Mar Research Institute Barcelona (HMRIB), ha destacado por su parte la importancia de una buena alimentación, a partir de la dieta mediterránea, y pautas de ejercicio físico.

Para que funcione, es crucial el papel de la familia en un colectivo que, por sus déficits cognitivos desde que nacen, son “muy dependientes de sus padres”: “Si la madre es obesa el hijo lo será, y lo mismo ocurre con el ejercicio físico”, ha dicho.

Prevenir la demencia

El coordinador del grupo de Farmacología Integrada y Neurociencia de Sistemas del HMRIB-Instituto de Investigación del Hospital del Mar, el dr. Rafael de la Torre (i), la líder del grupo de Neurobiología Celular y de Sistemas del programa de Biología de Sistemas en el Centro de Regulación Genómica de Barcelona (CRG) y presidenta del Consejo Español del Cerebro, la dra. Mara Dierssen (c) y el fundador de La Casa de Carlota, José María Batalla (d), presentaron este mediodía en Barcelona los resultados del estudio europeo GODS21, que analiza la relación entre obesidad y personas con síndrome de Down. EFE/Marta Pérez

Las personas con síndrome de Down tienen una esperanza de vida más corta que el resto de la población, de entorno a unos 60 años, pero también se ha ido alargando y algunos llegan a los 80 años.

Como tienen una predisposición elevada a sufrir alzhéimer de mayores, los investigadores han destacado que unos buenos hábitos de vida y una buena alimentación no solo pueden favorecer que no se deteriore su rendimiento cognitivo, sino que podría ayudar también a retrasar la aparición de la neurodegeneración, como la demencia.

En esta investigación han participado entidades de personas con esta discapacidad, como Down Cataluña o Down España, así como La Casa De Carlota, un estudio de diseño especialista en incorporar laboralmente a personas de este colectivo. EFE

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