La OIT advierte que la productividad de América Latina y el Caribe «se ha estancado»

Fotografía cedida este miércoles por la Presidencia de República Dominicana que muestra al director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Gilbert Houngbo (i) acompañado del presidente de República Dominicana, Luis Abinader, posando durante una reunión en Punta Cana (República Dominicana). EFE/Presidencia República Dominicana

Santo Domingo, 1 oct (EFE).- El director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Gilbert F. Houngbo, advirtió este miércoles, en la inauguración de la vigésima reunión regional de América de la organización en Punta Cana, en el este de República Dominicana, que la productividad de América Latina y el Caribe «se ha estancado desde los años 80».

Fotografía cedida este miércoles por la Presidencia de República Dominicana que muestra al director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Gilbert Houngbo (i) acompañado del presidente de República Dominicana, Luis Abinader, posando durante una reunión en Punta Cana (República Dominicana). EFE/Presidencia República Dominicana

Para Houngbo, esta falta de productividad erosiona el crecimiento económico de la región y apuntó que dicho crecimiento «se está ralentizando».

El incremento económico regional previsto de 2,2 % para 2025, pronosticado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), «no es suficiente para generar empleos de calidad a gran escala», señaló en la apertura de la cita.

El evento reúne a trabajadores de la región hasta el viernes para examinar avances e intercambiar experiencias para promover el trabajo decente y la justicia social.

Además, el director de la OIT dijo que en algunos países «hasta el 95 % de los nuevos puestos de trabajo creados después de la pandemia se han generado en la economía informal».

Asimismo, apuntó que el 85 % de las personas indígenas trabaja en empleos informales.

Respecto a la desigualdad de género en el trabajo, Houngbo dijo que las mujeres, que realizan el 75 % del trabajo de cuidados no remunerados», se enfrentan a una mayor tasa de desempleo y ganan solo 59 céntimos por cada dólar que ganan los hombres.

También, alertó de que a pesar de progresos realizados en la reducción del trabajo infantil, 7,3 millones de niños de la región son víctimas de ello actualmente.

El desempleo juvenil supera el 25 % en varios países de América Latina y el Caribe, y «el 60 % de los trabajadores jóvenes tienen empleos informales», apuntó, enfrentándose a una «elevada inflación que ha erosionado los salarios reales».

Houngbo señaló que «a pesar del progreso, América Latina y el Caribe permanece siendo la región más desigual del mundo», y lamentó que «alrededor de 170 millones de personas viven en la pobreza, incluyendo 66 millones que padecen pobreza extrema».

En la inauguración de la reunión intervino el presidente de República Dominicana, Luis Abinader, quien también se refirió a la informalidad del trabajo en la región, lo que se traduce «en millones de personas sin seguridad social, sin acceso al crédito, sin estabilidad ni derechos garantizados».

«El verdadero desarrollo no se mide solo en el crecimiento económico, sino en la calidad de vida de quienes trabajan y quienes producen», subrayó.

El trabajo, consideró Abinader, «debe ser un derecho estable y ese derecho debe expresarse en empleos formales, en empleos productivos y con igualdad de oportunidades para hombres y mujeres».

De acuerdo con lo expuesto por la OIT, los debates de la reunión se centrarán en cuestiones clave que tienen implicaciones a largo plazo para el mundo del trabajo en las Américas, como la creación de empleos, protección social y desarrollo sostenible.

Asimismo, tratarán el fortalecimiento de las instituciones democráticas, el respeto de los derechos fundamentales y el diálogo social institucionalizado, así como lograr una transición justa hacia sociedades resilientes.

La reunión regional también examinará las estrategias para políticas públicas para la mejora de las competencias y la formación profesional y la contribución de la OIT a los desafíos actuales de los mercados de trabajo en las Américas, como la informalidad y la desigualdad.