Madrid, 19 ago (EFE).- El Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo) estima que, en lo que va de verano, se han producido 2.635 muertes atribuibles a las altas temperaturas, de las que casi la mitad, un total de 1.149, se han registrado durante la ola de calor que empezó el 3 de agosto y culminó ayer.
La inmensa mayoría de los fallecidos por calor han sido personas de más de 65 años (2.529) y, en especial, a partir de 75 (2.347, de los que 1.747 tenían 85 o más), según la estimación del MoMo para este periodo estival, que comprende del 15 de mayo al 30 de septiembre, coincidiendo con el tiempo que el Ministerio de Sanidad mantiene activo el Plan Nacional de Actuaciones Preventivas de los Efectos del Exceso de Temperatura sobre la Salud.
Por sexos, 1.579 eran mujeres frente a 1.056 hombres, según este sistema gestionado por el Centro Nacional de Epidemiología, que realiza sus cálculos no en base a muertes reales, sino que hace una proyección estadística a partir del cruce de datos de mortalidad y umbrales de temperaturas máximas a partir de las cuales el calor supone un riesgo para la salud y los compara con los del año pasado.
Un 40 % más que en 2024

Así, estima que en lo que va de periodo estival 2.635 muertes son atribuibles a las altas temperaturas, lo que supone un 40 % más que en el mismo tramo del año pasado, cuando fueron 1.856.
De ellas, casi la mitad, 1.149, se han contabilizado durante la última ola de calor, que en su última semana ha dejado más de 100 víctimas mortales al día, cuando más en el puente: el domingo 17 fue el de mayor sobremortalidad (125), seguido del sábado 16, con 113.
En lo que va de agosto se han rebasado, de esta forma, las cifras de todo julio, cuando las defunciones achacables al calor ascendieron a 1.060 frente a las 672 de 2024 (57 %).
Mientras, en junio fueron 407, 12 veces más que el mismo mes del año pasado, cuando fueron 32. Por último, en la segunda quincena de mayo se han estimado 8, seis más que en 2024.
Al menos 23 muertes por golpe de calor
Como más matan las altas temperaturas es de forma indirecta, agravando enfermedades que se tenían previamente, de ahí que la mayor parte de los fallecidos sean personas mayores; pero también lo puede hacer de forma directa y fulminante en forma de golpe de calor.
En este sentido, en lo que va de verano, al menos 23 personas han perdido la vida por uno, cuatro de ellas mientras estaban trabajando.
De esta forma, y a falta de mes y medio para que concluya el periodo estival, las muertes por golpe de calor ya han superado las registradas todo el verano del año pasado, que finalizó con 17, y el de 2022, cuando fueron 20; se acerca así al más letal, el de 2023, cuando murieron 24 personas por esta causa, según los datos de Sanidad.